CRISANTEMOS COMESTIBLES

¡Hola, amigos hortelanos!

Si mi abuelo (y maestro hortelano) levantara la cabeza y me viera cosechando crisantemos para comer... Aunque no es nada realmente nuevo, pocos conocen las flores comestibles en países como el nuestro. Sin embargo hay un sinfín de flores y plantas de flor que pueden ser consumidas y nos ofrecen en la cocina una variada gama de sabores, texturas, nutrientes y … ¡¡cómo no, colores y aromas!!

Aquí hay algunas que quizá nos puedan sonar un poco más en la cocina, como las del calabacín, de la borraja o del cebollino, pero son muchas más las flores con variedades comestibles y en otros lugares se consumen de forma más habitual.

Y si son pocos los que las consumen, son menos aún los que las cultivan como alimento. Pero nosotros somos hortelanos a la vez tradicionales e innovadores y nos gusta ampliar los horizontes de la huerta y hoy os vamos a hablar de la que seguramente ha sido la flor protagonista precisamente en esta época del año: el crisantemo.

Su nombre significa “flor dorada” (del griego “krysous”, que quiere decir dorado y “anthemon”, flor). Pertenece a la familia de las asteráceas, en la que tiene parientes también comestibles y mucho más conocidos para nosotros, como la lechuga, la alcachofa o la manzanilla entre otros.

Aunque en nuestra cocina sea casi un extraño, es bastante utilizado tradicionalmente sobre todo en Asia y especialmente en la gastronomía china y japonesa, donde forma parte de diversos platos, como por ejemplo el conocido Chop- Suey, habitual en los menús de restaurantes chinos. Las flores del crisantemo se utilizan además para hacer té e infusiones.

¿Y qué decirles a los intrépidos hortelanos o gourmets que se decidan a cultivar o probar los crisantemos ? Pues lo primero y más importante es que antes de consumir flores debemos cerciorarnos de que se trata de una variedad comestible. Por ejemplo en el caso del crisantemo, las plantas que encontramos típicamente en la floristería no serán aptas para el consumo porque la variedad no será comestible y porque además habrán sido intensamente tratadas con diversos productos tóxicos. Por lo tanto, las flores para consumir deben proceder de variedades comestibles y cultivadas con fines alimentarios.

Tratándose del Crisantemo, “Garland” es el nombre comercial de la variedad comestible más conocida (Chrysanthemum Coronarium). Es una planta con abundantes tallos y hojas que puede llegar al metro el altura. Sus flores son parecidas a las margaritas y suelen ser amarillas, aunque también se encuentran de tonos anaranjados e incluso blancas. De esta planta se pueden consumir sus flores, tallos y hojas. Pero tanto si os habéis animado a cultivarla como si la habéis comprado ya desarrollada para consumirla, es conveniente tener en cuenta algunos consejos a la hora de cosechar, para que esté en óptimas condiciones para su consumo:

Al ser muy perecedero es conveniente cocinarlo cuanto antes, aunque podremos mantenerlo en condiciones aceptables dentro de una bolsa en el frigorífico entre dos y cinco días como máximo si hemos cosechado tallos sueltos o un poco más si se trata de la planta entera. 

Los tallos y hojas tienen un sabor intenso y ligeramente amargo, con un leve toque que puede recordar a la menta. El sabor se vuelve más amarga cuanto más desarrollada esté la planta. Las flores tienen un gusto también ligeramente amargo pero diferente y muy delicado, además de ser muy decorativas para nuestros platos. Tallos, hojas y flores pueden ser consumidos en crudo como parte de ensaladas o cocinados en varios formatos: verdura escaldada o rehogada (siempre con poco tiempo de cocción para aprovechar su sabor y nutrientes al máximo), en tortillas o revueltos y también como parte de diversos estofados o como guarnición.

El crisantemo no sólo nos ofrece la oportunidad de descubrir nuevos placeres para el paladar, también es una verdura nutritiva y sana. Aporta vitaminas del grupo A, B, C y K, así como diversos minerales (potasio, calcio y sodio). Por otro lado es muy rico en antioxidantes, fibra y bajo en calorías y grasas (o sea, que no engorda) y ofrece numerosas propiedades medicinales y beneficios para la salud.

Y para aquéllos que queráis sacar nota y os decidáis directamente a cultivar la planta, ahí van un poco de información de apoyo:

Pues nada amigos hortelanos, a ver si os animáis a innovar un poco en la huerta y en la cocina. Nuevos cultivos, nuevos colores y sabores poco habituales que sorprenderán a propios y extraños. Y además tendréis el huerto y la casa la mar de bonitos con esas espléndidas flores de crisantemo

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