Stratos Zero: la cuña que marcó los 70

Exhibido en el Auto Show de Turín de 1970, el Zero significó el clímax de la rivalidad entre Bertone y Pininfarina, dos de los estudios de diseño italiano más prestigiosos de ese entonces.

Meses atrás, Pininfarina había presentado el futurista y abstracto Ferrari Modulo, el concepto de un auto de competencia que atraía las miradas por su figura afilada y una altura de sólo 93 centímetros.

Bertone contestó con un diseño todavía más extremo y dinámico: el Zero, cuya carrocería de vidrio medía apenas 3.58 metros de longitud y que contaba con una altura de 84 centímetros. Era, en ese entonces, el auto más bajo jamás creado.

Este modelo conceptual era producto de la creatividad de Marcello Gandini, jefe de diseño de Bertone y quien ya había sorprendido al mundo con coches tan espectaculares como el Lamborghini Miura, considerado por muchos el primer superdeportivo del mundo.

A diferencia del Miura, el Stratos Zero era un coche tremendamente angulado.
A todas luces un conceptual, pero ya se veía la tendencia de Gandini hacia la nueva década.

Una de las características más llamativas era su juego de luces: 84 pequeños focos que forman una tira en la parte trasera; algo similar a lo que actualmente se logra con focos LED.

Giuseppe "Nuccio" Bertone, jefe de Gandini, quería que el auto fuese nombrado “Stratolimite”: el límite de la estratosfera refería al diseño propio de la era espacial.

Sin embargo, luego de un tiempo fue conocido simplemente por la denominación con la que se le llamaba dentro de la empresa: Zero.

No hay puertas en el Stratos Zero: para ingresar es necesario levantar el parabrisas. Caben dos personas y la posición de manejo es prácticamente sobre el eje delantero.

​Hay que mover el volante con todo y columna de dirección para poder entrar y, una vez en el asiento, el volante se acomoda entre las piernas del conductor.

En la parte trasera central está el motor, un cuatro cilindros en V de 1.6 litros y 115 caballos de fuerza. El prototipo es, de hecho, un coche funcional, aunque no realmente cómodo, debido a su posición de manejo inclinada y su baja altura.

Afortunadamente el coche conceptual original sigue en existencia. Formó parte de la colección de Bertone por largo tiempo y, en el 2011, cambió de manos, luego de que en una subasta de RM Sotheby’s, en Villa d’Este, se pagaron 761 mil 600 euros por esta leyenda.