Conozcan las “capitales simbólicas” del Paraguay

Asunción es la capital política del país, pero existen muchos otros pueblos y ciudades que también reclaman capitalidades más poéticas o folklóricas: Luque es capital de la música, Caacupé de la espiritualidad, Caaguazú de la madera, Coronel Oviedo del trabajo, Piribebuy del poncho y de la caña, Caazapá del hechizo, San Pedro de la cordialidad. He aquí un mapa diferente, diseñado con las especialidades y los encantos de cada lugar.

Editorial El Pais
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Elegir 18 mar 2017
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Por Andrés Colmán Gutiérrez - @andrescolman

La historia y la geopolítica han convertido a la ciudad de Asunción en la gran capital del Paraguay, aunque hubo momentos en que otras localidades también asumieron provisoriamente ese rol, especialmente durante la Guerra de la Triple Alianza, cuando hubo que mudar la capital a Luque, Piribebuy y Curuguaty, ante el avance del ejército invasor.

También existen muchas otras capitales fabricadas por el arte y la cultura, la vida cotidiana y el trabajo de los pobladores, que conforman un mapa distinto, acaso más vital y alegre, que a veces establece fuertes competencias e incluso rivalidades entre pueblos y ciudades por sobresalir en determinados rubros o especialidades.

Aquí les ofrecemos una guía -probablemente incompleta pero esencial- para conocer a las muchas otras “capitales simbólicas” que tiene el Paraguay.

La capital de la música y la joyería: Luque

La ciudad de Luque fue efectivamente capital del Paraguay en 1868, tras la evacuación de Asunción durante la Guerra de la Triple Alianza, pero su fama de “capital de la música” proviene de las muchas fábricas de instrumentos musicales, principalmente arpas y guitarras, que se han instalado en el lugar. Además, es la cuna de renombrados artistas de la música.

Paralelamente, una de las ocupaciones más tradicionales de sus habitantes es la fabricación de joyas artesanales en base a oro, plata y filigranas. La práctica de la joyería y la orfebrería, que vienen de la época de la Colonia española, adquieren cada vez más importancia, ocupando la actividad económica de un 40% de familias luqueñas.

La capital del trabajo: Coronel Oviedo

Ubicada en un cruce estratégico de rutas, la capital del Departamento de Caaguazú es conocida también como “la capital del trabajo” por la “constante laboriosidad de sus habitantes”, según destaca la historiadora ovetense Mónica Soledad Duarte.

La misma sostiene que fue el recordado locutor radial Juan Carlos Martínez, desde su programa folklórico “Por las rutas del progreso”, quien en los años 80 bautizó de este modo a Coronel Oviedo, además de otorgar calificativos similares a varios otros pueblos y ciudades del Paraguay.

La capital de la madera: Caaguazú

Hubo una época en que la ciudad de Caaguazú concentró a más de medio centenar de aserraderos que operaban en el distrito, por lo que pasó a ser conocida como “la capital de la madera”, además de albergar a un gran número de carpinterías y fábricas de muebles.

La intensa deforestación ocurrida en las últimas décadas hizo mermar en gran medida la actividad de la industria forestal, aunque la ciudad mantiene una actividad económica importante en torno al rubro y sigue siendo conocida por los muebles y juguetes fabricados con madera que se ofertan a los costados de la Ruta 7.

Un movimiento cultural que derivó de esta actividad es el tradicional “Festival del rock de la madera”, en donde sobresalen varios grupos de música rock en la región.

La capital del ñanduti: Itauguá

A 30 kilómetros de Asunción, la ciudad de Itauguá mantiene una larga tradición de mujeres tejedoras del ñandutí, un peculiar tipo de encaje que ha sido adaptado y desarrollado localmente, a partir de bordados introducidos durante la época de la Colonia española, con los que se fabrican artesanalmente bellas y coloridas prendas de vestir, manteles, carpetas, etc., muy apreciadas por los turistas.

Itauguá es una de las pocas ciudades que sustentan su capitalidad simbólica en una ley nacional, ya que el Congreso paraguayo la declaró “capital del ñandutí” por Ley N° 4.591 de abril de 2012.

La capital de la yerba mate: Bella Vista

Una comunidad que integra las llamadas Colonias Unidas del Departamento de Itapúa, junto con Obligado y Hohenau, la ciudad de Bella Vista es considerada “la capital de la yerba mate” por ser esta una de sus principales actividades productivas, con cinco grandes empresas que procesan e industrializan este tradicional rubro heredado de la cultura de los pueblos guaraníes.

Aunque existen varias otras localidades que también se dedican a la producción de la planta, la ciudad de Bella Vista reivindica la capitalidad simbólica desde el año 1991 y programa diversas actividades de celebración por el Día Nacional de la Yerba Mate, establecido el 11 de octubre de cada año por decreto Nº 18.528, del 25 de setiembre del año 1997.

La cuna de la yerba mate: Nueva Germania

Varios investigadores sobre los orígenes históricos de esta comunidad, fundada en 1987 por el alemán Bernhard Förster y su esposa Elisabeth Nietzsche (hermana del gran filósofo Friedrich Nietzsche), aseguran que uno de los colonos alemanes pioneros, Friedrich Neumann, fue quien en 1896 descubrió la manera de hacer germinar las semillas de la yerba mate e iniciar su cultivo comercial, ya que hasta entonces solo se disponía de plantas silvestres.

Por esta razón, Nueva Germania es considerada “la cuna de la yerba mate”. Cada año se realiza en el lugar el tradicional Festival de la Yerba Mate.

La capital del tereré: Itakyry

La ciudad de Itakyry es una de las localidades más antiguas del Alto Paraná, con vestigios de civilización que llegan a los 10.000 años de antigüedad.

Fue la sede administrativa principal de la empresa La Industrial Paraguaya, que se estableció en la región a finales del Siglo XIX y gran parte del Siglo XX, dedicándose a la explotación de la yerba mate, manejando miles de hectáreas de yerbales vírgenes. Acompaña a esta historia una oscura leyenda de esclavitud humana de los peones del yerbal, los llamados mensú, retratados en textos de Rafael Barrett y Augusto Roa Bastos. La antigua casa de La Industrial es actualmente un museo.

Reivindicando este nexo con la historia de la yerba mate, la comunidad organiza anualmente el Festival Internacional del Tereré, principalmente en el mes de febrero. Además, reivindica el rótulo de “capital del tereré”, celebrando el Día Nacional del Tereré, que se conmemora el último sábado de febrero, establecido por la ley Nº 42611/11.

La república del chipá: Eusebio Ayala

Elaborado principalmente con almidón, harina de maíz y queso, el chipá es considerado el tradicional pan paraguayo, heredado de los pueblos guaraníes, que lo llamaban “sypa”.

Varias comunidades reclaman su capitalidad simbólica, pero una de las más importantes y tradicionales es la ciudad de Eusebio Ayala, la histórica Barrero Grande, donde actualmente se concentra el mayor volumen de producción, con más de una decena de fábricas importantes.

“Como la ciudad de Coronel Bogado, Itapúa, viene utilizando el rótulo de ‘la capital del chipá’, Eusebio Ayala reivindica para sí el de “la república del chipá”, explica el docente y gestor cultural Almide Alcaraz, responsable del centro cultural Chipá Literario, al frente de la Asociación Cultural Jukyty, que organiza anualmente la actividad conocida como Chipá Rapé (Camino de la Chipa), un recorrido turístico por la historia y las formas de producir el alimento.

“En la época de oro del Ferrocarril, las ciudades que más ofertaban chipá en las estaciones eran Luque y Pirayú, de allí las canciones como Chipera Luque y Chipá Pirayú, pero cuando se cambió al transporte por carretera, sobre todo con la Ruta 2, en los años 70, el punto obligado donde la gente paraba a comprar el chipá era Barrero, donde nació la famosa Chipá Barrero de Juan Ramón Ayala, quien llevó su tradicional producto a Asunción y a gran parte del Paraguay”, narra Almide.

Desde que el Decreto Nº 5.267, de julio de 2014, estableció que se celebre el Día Nacional del Chipá el segundo viernes de agosto de cada año, el Festival Nacional del Chipá se realiza en Eusebio Ayala, aunque está previsto que se extienda también a otras localidades.

La capital del chipá: Coronel Bogado

En directa competencia con la ciudad de Eusebio Ayala sobre la ruta 2, en el recorrido de la Ruta 1, entre Asunción y Encarnación, la ciudad de Coronel Bogado, Itapúa, ha surgido como otro punto privilegiado en donde se produce el tradicional pan paraguayo.

Coronel Bogado, antiguamente llamada Ka’i Puente, revindica ser la “capital del chipá” y sede del Festival Nacional del Chipá, estableciendo una especie de competencia con Eusebio Ayala, ex Barrero Grande, en este rubro.

Uno de los grandes iniciadores del “boom” de la chipa en Coronel Bogado, en los años 90, fue la hoy legendaria Chipería El Gordo, fundada por una antigua chipera conocida como Ña Pulé.

La mayoría de los consumidores sostienen que las chipas de Barrero y de Bogado son diferentes. Mientras la primera es más conocida por el estilo de chipá argolla, con una masa más seca y crocante, la que impuso El Gordo en Bogado es más del tipo “pan de queso”, de forma alargada, con una masa más cremosa y esponjosa, aunque también se elaboran otras variedades de formas y estilos.

Actualmente existen más de 30 chiperías dedicadas al rubro en la ciudad, apostadas sobre la Ruta 1, siendo las más conocidas Tatiana, Don Pipo y la clásica El Gordo.

La capital de la zanahoria: María Auxiliadora

Principal centro urbano del Distrito de Tomás Romero Pereira, Itapúa, la ciudad de María Auxiliadora, antes también llamada Triunfo 43, sobre la Ruta 6 entre Encarnación y Ciudad del Este, es una localidad conocida por su gran producción de zanahorias.

El cultivo de las zanahorias da sustento a unas 150 familias en forma directa y a más de mil personas en actividades relacionadas con la producción y procesamiento. La producción orilla las 600 hectáreas, con un rendimiento promedio de 15 toneladas por hectáreas. La producción del rubro se extiende desde junio y julio hasta febrero.

Debido a esta particularidad, hasta el color de los taxis en María Auxiliadora es de un refulgente color anaranjado.

La capital de la cordialidad: San Pedro del Ycuamandyyú

La tradicional hospitalidad y amabilidad de sus pobladores le han conferido a la ciudad de San Pedro del Ycuamandyyú, capital del Departamento de San Pedro, el rótulo de ser también la “capital de la cordialidad”.

Fundada en 1786 a orillas del río Jejuí, por el comandante Pedro Gracia Lacoisqueta, bajo orden del gobernador Pedro Melo de Portugal, con el nombre de Villa San Pedro Apóstol del Ycuamandyyú, la ciudad atesora muchas historias, como la de haber sido escenario de la muerte del descubridor del Paraguay por tierra, el conquistador español Alejo García.

La capital del carnaval: Encarnación

Aunque la denominan también “la capital del verano”, tras la habilitación de sus hermosas playas sobre el río Paraná a partir del 2012, luego de un proceso de transformación urbana que sepultó bajo agua la parte más histórica de la ciudad y habilitó nuevas zonas costeras, Encarnación, la Perla del Sur, es más conocida como “la capital del carnaval paraguayo”.

El primer carnaval encarnaceno se realizó en 1916, en coincidencia con la llegada del Ferrocarril Carlos Antonio López y de una corriente de inmigrantes europeos, principalmente italianos. La práctica se mantuvo en forma esporádica a través de los años, hasta que cobró mayor fuerza y tradición en la década de 1940.

Actualmente es la principal actividad recreativa y turística, que moviliza a millones de personas, durante 6 noches al año, en el Centro Cívico de la Ciudad, popularmente conocido como sambódromo, una estructura especialmente preparada en la zona de la costanera.

La villa veraniega: San Bernardino

Hasta hace pocos años, la ciudad de San Bernardino, a orillas del legendario Lago Ypacaraí, era considerada como la indiscutible capital del verano paraguayo, aunque también mantenía el nombre de “villa veraniega”, heredada de la tradición de haber sido durante décadas el lugar de destino y de vacaciones de las familias más adineradas del país, que han construido allí sus residencias de verano.

La emergencia de Encarnación como nueva ciudad turística, con sus cuidadas playas a orillas del río Paraná y su gran infraestructura de hoteles y locales nocturnos, acabo disputándole y arrebatándole el tradicional rótulo. A ello contribuyó además la gran contaminación de las aguas del lago, que obligó a que los organismos ambientales prohíban bañarse en sus aguas, lo cual restó en gran medida la atracción de turistas y veraneantes.

En los últimos años, sin embargo, autoridades y pobladores de San Bernardino han emprendido una serie de acciones e inversiones para crear nuevos atractivos, como nuevos circuitos gastronómicos y locales de espectáculos, lo cual le ha otorgado nuevamente una activa presencia de turistas y veraneantes.

La capital del Barroco Hispano-Guaraní: San Ignacio

Con más de 400 años de historia, la ciudad de San Ignacio Guasú, en el Departamento de Misiones, fue uno de los principales centros de las célebres Misiones Jesuíticas, en la época de la colonización española.

Las valiosas obras que integraron expresiones del arte indígena con el arte español, dieron vida a lo que se denomina como el Barroco Hispano-Guaraní, lo cual le ha dado a esta ciudad el nombre de “capital del Barroco Hispano-Guaraní”.
Muchas de dichas obras de arte, especialmente en tallas y elementos religiosos, se conservan en la ciudad de San Ignacio, en el Museo Diocesano de Arte Jesuítico, como en la misma Iglesia de la ciudad. También hay expresiones históricas vivas que impregnan la cultura arquitectónica, gastronómica, musical y cotidiana.

Una de las manifestaciones más aclamadas es la que se realiza anualmente, en la época de Semana Santa, en la compañía Tañarandy de San Ignacio, un emprendimiento artístico y religioso iniciado en 1992 por el artista plástico Koki Ruiz, con participación de toda la comunidad, comprendiendo procesiones con la luz de más de 15.000 candiles de apepú que iluminan un trayecto de 3 kilómetros, hasta la puesta en escena de cuadros vivientes en un anfiteatro natural, evento que suele convocar a más de 20.000 personas.

La ciudad del batiburrillo, el siriki y el chorizo: San Juan Bautista

Partiendo de tres elementos gastronómicos que se han vuelto muy característicos en la región, la ciudad de San Juan Bautista, capital del Departamento de Misiones, ha desplegado una gran campaña mediática, en torno a un festival folklórico que se realiza anualmente a fines del mes de enero, desde el año 2002.

El batiburrillo es un plato típico de la región de Misiones, aunque su origen es español y fue introducido y adaptado al Paraguay en épocas de la conquista. Se trata de un guiso hecho con menudencias de vaca, pero puede ser también de oveja, cabra o cerdo, hervidas durante varias horas y servidas con mandioca caliente. Tradicionalmente se servía en acontecimientos sociales, previo al aperitivo.

El siriki es también una bebida traída originalmente desde el País Vasco, en España, y que fue adaptado en San Juan Bautista. Está compuesta de caña blanca, limón, hielo, soda y un poco de miel. Su nombre viene de la onomatopeya guaraní syryky, que significa beber todo de una vez.

El chorizo sanjuanino es una creación del poblador misionero Aníbal Amarilla, quien fabricó un chorizo casero artesanal, con partes de carne porcina y vacuna, condimentado con un preparado especial de frutas y hortalizas que le otorgan un sabor especial. Actualmente tiene muchos otros fabricantes, que siguen la receta original.

El “Festival del batiburrillo, el siriki y el chorizo sanjuanino” se realiza todos los años, a fines de enero, en la plaza Boquerón de San Juan Bautista. Es una gran feria gastronómica, animada por números artísticos, en donde los puestos también ofrecen otras variedades de comidas típicas, como la chastaca, el pastel mandi’ó, kuré huitî, sopa paraguaya, chipa guazú, entre otros.

La capital del progreso: Santa Rita

La ciudad de Santa Rita, fundada en 1973 por inmigrantes de origen brasileño en el Departamento de Alto Paraná, a 70 kilómetros de Ciudad del Este, es una de las localidades que más rápidamente han crecido en la región, beneficiadas por el gran impacto del cultivo masivo de la soja y otros productos agrícolas de siembra y cosecha mecanizada, como trigo, maíz, canola y girasol.

Santa Rita es escenario de la segunda mayor Expo anual de agricultura, ganadería, industria y comercio en el país, luego de la principal que se realiza en Mariano Roque Alonso. El gran movimiento financiero que deriva del agronegocio y la prosperidad que se muestra en todo el entorno urbano le ha concedido el rótulo de “capital del progreso”.

Una gran mayoría de sus habitantes son de origen migrante brasileño y alemán, pero también ha ido creciendo la población paraguaya, aunque en las práctica culturales sigue predominando la influencia del Brasil y de la cultura rural europea.

La terraza del país: Pedro Juan Caballero

Su ubicación geográfica, a más de 600 metros de altura sobre el nivel del mar, en la zona de la Cordillera del Amambay, le ha otorgado a la ciudad de Pedro Juan Caballero, capital del Departamento de Amambay, ser llamada “la terraza del país”.

Es una antigua ciudad ubicada en la frontera seca con el Brasil, dividida de la localidad brasileña de Ponta Porá por apenas una avenida. Inicialmente fue una zona de gran producción de yerba mate, por la gran cantidad de yerbales vírgenes.

Su estratégica localización fronteriza la ha vuelto una ciudad principalmente comercial y de turismo de compras, aunque también predomina una gran actividad de comercio ilícito, con presencia de grupos del crimen organizado.

La capital ecológica: Atyrá

Una antigua población establecida en la cordillera de Altos, fundada por el gobernador Domingo Martínez de Irala en 1539, durante la colonización española, se ha ganado el nombre de “ciudad más limpia” y “capital ecológica del Paraguay”.

Fue la labor pionera de su primer intendente en la era democrática, Feliciano Martínez, electo en 1991, la que provocó una transformación cultural en los pobladores, buscando convertirla en una ciudad limpia, saludable y sustentable.
Martinez inició una fuerte campaña educativa y él mismo dio el ejemplo, saliendo a barrer y a recoger la basura en las calles, como a asear los espacios públicos, animando a sus vecinos a sumarse. Tampoco permitió que los políticos en campaña ensucien los muros, las paredes y las columnas de alumbrado público con propaganda electoral, como ocurre en otras localidades.

Con los resultados de este proceso, la ciudad de Atyrá fue considerada la séptima ciudad más limpia de América y la octava comunidad saludable a nivel mundial, con reconocimiento de la Organización Mundial de la Salud. Un decreto del Poder Ejecutivo la reconoció como “la capital ecológica del Paraguay” y su ejemplo ha inspirado a otras ciudades.

Aunque Feliciano Martínez ya ha fallecido, los demás intendentes y la mayoría de los pobladores mantienen su legado, logrando nuevos reconocimientos para la ciudad de Atyrá.

El jardín de la República: Itacurubí

Conocida como "El jardín de la República", o también como “El jardín de la Cordillera”, por su intensa vegetación, ondulados cerros y estar regada por el fresco arroyo Yhaguy, con numerosos balnearios y playas de arena blanca, la ciudad de Itacurubí de la Cordillera es uno de los destinos favoritos para las excursiones y los paseos de verano.

A unos 88 kilómetros de Asunción, sobre la Ruta 2, la ciudad tiene numerosos atractivos de turismo de naturaleza, con algunos establecimientos y lugares de hospedajes que son muy requeridos por los visitantes.

El sitio más concurrido es el Parque Ecológico y Turístico Ita Coty, manejado por la municipalidad local, que en 20116 ha sido totalmente renovado y revitalizado, con sistemas de senderismo, arborismo, tirolesa y las playas del Yhaguy, además de espacios de camping, canchas y parrillas.

En este sitio se encuentra el mítico Itá cajón o Itá koty, una especie de enorme gruta al pie de un hermoso cerro, a orillas del arroyo, donde se ha instalado un mirador y un sitio de descanso y lectura, con una pequeña biblioteca pública.

La ciudad de la caña y el poncho: Piribebuy

Piribebuy es una ciudad con rica historia, con muchos atractivos naturales y lugares de veraneo, valorada por la fabricación del tradicional poncho para’i de 60 listas, una prenda artesanal tejida hilo por hilo. Se menciona que este poncho lo usaba mucho el mariscal Francisco Solano Lopez y también lo han llevado varios grandes artistas en sus conciertos internacionales, como Luis Alberto del Paraná y Los Paraguayos.

Además, Piribebuy es conocida por ser uno de los lugares con mayor tradición en la fabricación de la típica caña paraguaya, aguardiente producido a partir de la destilación de la miel de caña de azúcar.

Esta atracción ha llevado a la Secretaría Nacional de Turismo (Senatur) a establecer el circuito de “La ruta de la caña”, que consiste en un recorrido desde las plantaciones de caña de azúcar, hasta observar el proceso de elaboración de la bebida y deleitarse con su degustación. Piribebuy tiene una tradición de más de 75 años de producción de aguardiente de caña, tanto en su versión casera y artesanal, como en su versión más industrial.

La ciudad del cántaro y la miel: Itá

Otra de las ciudades más antiguas del Paraguay, fundada en 1539 por el gobernador Domingo Martínez de Irala, la ciudad de Itá es aclamada por la belleza de su alfarería y por la producción de la miel de caña y derivados, lo cual le ha otorgado la fama de ser “la ciudad del cántaro y la miel”.

También se la conoce como “la capital de la cerámica”, rótulo que disputa igualmente con las ciudades de Tobatí y Areguá.

Según algunos relatos históricos, en la época de las reducciones franciscanas, el fraile Tomás de Aquino promovió la elaboración de vasijas fabricadas de barro, principalmente cántaros, que luego se extendió a la fabricación de todo tipo de vasijas y obras de arte en cerámica, que ha crecido y ganado gran expansión hasta nuestros días. La ciudad es cuna de grandes artistas del rubro, entre ellas la afamada Rosa Brítez, conocida como “la ceramista de América”.

El otro rubro que la distingue es la producción de la miel de caña de azúcar, de la que se derivan otros productos como el mosto y los panes de miel, que se ofertan en puestos de venta al costado de las rutas de acceso a la ciudad y son muy requeridos por los viajeros.

Los pobladores también se distinguen por su habilidad en la cestería, fabricando diversos tipos de cestos y canastos de mimbre.

Anualmente se celebra en la ciudad el concurrido Festival Folklórico del Cántaro y la Miel, junto a la legendaria laguna del centro de Itá.

La capital de la artesanía y la cerámica: Tobatí

Ubicada entre los cerros de la Cordillera, Tobatí es otra antigua ciudad del Paraguay, fundada en 1539 por Domingo Martínez de Irala. Su nombre remite al caolín o tobatí, una arcilla de color blanco, muy utilizada en la alfarería.

Reconocida por las múltiples olerías y locales de producción de cerámica, principalmente tejas, ladrillos y baldosas destinadas a la industria de la construcción, Tobatí es también la cuna de muchos artesanos dedicados a la talla en madera, principalmente de arte religioso, como también a la elaboración de cántaros y figuras de barro y de arcilla, sombreros y cestos de palma de karanday, máscaras hechas con madera de timbó, entre otros objetos muy apreciados.

La artesanía y la cerámica, a nivel familiar, mantienen una tradición de más de 400 años en Tobatí y han dado fama a reconocidos artistas populares, como el tallador Zenón Páez o las ceramistas Virginia Yegros y Ediltrudis Noguera.

La capital espiritual: Caacupé

Además de ser la capital del Departamento de Cordillera, la ciudad de Caacupé es reconocida como “la capital espiritual del Paraguay”, por ser el principal centro de la devoción religiosa católica que se rinde a la Virgen de Caacupé, consagrada como la Patrona y Señora Protectora de la República del Paraguay.

El Tupasy Ára o Festividad de la Virgen de Caacupé, se celebra el 8 de diciembre, y concentra la presencia masiva de miles de fieles que acuden desde todos los puntos del país, la mayoría en peregrinación. Es una tradición que se conserva desde antes de la Guerra de la Triple Alianza, y que se ha consolidado con los años, uniendo las celebraciones religiosas con fiestas populares paganas.

La Virgen de Caacupé es considerada una imagen milagrosa, a quien los fieles piden favores a cambio de promesas, que se pagan con la peregrinación anual hasta el santuario, que durante la visita del papa Francisco, en julio de 2015, fue elevado al rango de Basílica Menor.

La cuna del ao po’i: Yataity

Un pintoresco antiguo pueblo de alrededor de 5.000 habitantes, ubicado en el Departamento del Guairá, es “la cuna del ao po’i”, debido al exquisito trabajo de numerosas mujeres (y más recientemente, algunos hombres) que mantienen viva la tradición del artesanal ao po’i, un tejido de algodón originalmente hilado a mano, heredado de la época de la Independencia, sobre el cual se bordan diseños de gran valor artístico.

Aunque no hay registros muy estrictos sobre los orígenes de esta obra artesanal, la versión más extendida es que se inició durante el gobierno del prócer y luego dictador José Gaspar Rodríguez de Francia, durante el siglo XIV, quien cerró las fronteras a toda importación de productos extranjeros y estimuló la autogestión en diversos rubros, incluyendo la elaboración artesanal de las prendas de vestir.
El nombre ao po’i significa en guaraní "tela fina o prenda delicada". Al principio eran vestidos de lienzo crudo de algodón, pero con el tiempo se fue transformando con la incorporación de diferentes bordados, deshilados encajes festones y minucioso punto cruz. Actualmente los bordados artesanales también se aplican a tejidos de origen industrial, aunque todavía se conserva la práctica del hilado y tejido en husos y telares manuales.

La Feria del ao po'i, que se realiza todos los años en noviembre, en la plaza principal de Yataity, es uno de los eventos más concurridos y apreciados por visitantes que llegan desde diversos lugares del país y del exterior.

La ciudad del hechizo: Caazapá

A 230 kilómetros de Asunción, la ciudad de Caazapá está habitada por leyendas y misterios.

Fundada en 1607 por el también mítico religioso franciscano Fray Luis de Bolaños, la leyenda cuenta que el fraile hizo brotar agua de una roca para remediar la sequía que asolaba la región. Aquella surgente legendaria pasó a ser conocida como el célebre Ykua Bolaños, que hasta hoy es el principal atractivo de la ciudad, rodeado de historias y de embrujo.

Dicen los pobladores que quien beba del Ykua o se moje en sus aguas, siempre querrá volver a Caazapá. Y si lo hace en compañía de su pareja, quedará eternamente enamorado.

La fama de la ciudad del hechizo no solamente se refiere al Ykua Bolaños. Aseguran los pobladores que muchas niñas del lugar conocen secretos aprendidos de los antiguos pueblos originarios para enamorar a los hombres que les interesan, y para ello recurren a las prácticas del “payé”.

Llamada originalmente San José de Tebikuary, la ciudad pasó a llamarse San José de Caazapá. El nombre Caazapá es una contracción de las palabras del idioma guaraní Kaaguy (monte o bosque) y jajhasapa (terminar de pasar). La idea del nombre es un lugar “más allá del bosque”. Fue la reducción franciscana más importante en toda la región.

Anualmente se realiza en la ciudad el Festival del Ykua Bolaños, un evento folklórico multitudinario.

La ciudad andariega: Villarrica

La capital del Departamento del Guairá es conocida por muchas referencias singulares, entre ellas la del modo de hablar “cantado” que tienen sus pobladores y la caricaturesca fama de que todo lo hacen al revés. También es considerada la cuna de grandes artistas, músicos, poetas, escritores, por lo cual se la considera como una ciudad estrechamente vinculada con la cultura.

Pero el rótulo con que más se la conoce es el de “ciudad andariega”, debido a que se ha debido mudar y establecer en siete lugares diferentes, debido al acoso de los portugueses bandeirantes, que azolaban a las poblaciones, buscando capturar y esclavizar a los indígenas, como a conflictos políticos y económicos.

Fundada originalmente en 1570 por el español Ruiz Diaz de Melgarejo, al este del río Paraná, en actual territorio brasileño, Villarrica del Espíritu Santo se mudó en 1592 a 100 kilómetros al este del sitio original; en 1599, a 100 leguas de Asunción; en 1634 en los campos de Yaru; en 1642 hacia Curuguaty; en 1674 a donde está la actual Itapé y en 1678 a un lugar conocido como Espinillo, donde se encuentra la actual Coronel Oviedo.

La ciudad del amor: Lambaré

Vecina a la capital Asunción, la ciudad de Lambaré es conocida como “la ciudad del amor”, por haber alojado en un sector de su geografía urbana a los primeros moteles, reservados u hoteles alojamiento, en una época en que aún había mucho recelo moral acerca de estos establecimientos.

Es el lugar a donde muchos pobladores, principalmente de Asunción, escapaban en sus vehículos con sus parejas, para un encuentro íntimo. Actualmente hay moteles en la mayoría de las demás ciudades, pero Lambaré continua siendo reconocida como “la más amorosa”.

Fundada en 1766 por el gobernador Carlos Morphi, se sostiene que lleva el nombre de un legendario cacique indígena que, según las versiones, habitó en la zona, aunque su existencia histórica no ha podido ser comprobada. Otra versión sostiene que el nombre Lambaré es una contracción del guaraní El Ambaré, que significa “el país de la sombras”.

También es llamada “la ciudad de la burrerita”, por haber sido cuna de muchas mujeres que a lomo de burro llegaban hasta la capital, con alforjas cargadas de frutas, verduras y otros productos para la venta en los mercados, despensas o recorriendo casa por casa. Esta costumbre se ha ido perdiendo. Una estatua que muestra a una de esas mujeres es uno de los principales símbolos de la ciudad, actualmente ubicada en la principal rotonda, sobre la avenida Cacique Lambaré.

La capital de la sandía: Paso Guembé

Las más grandes sandías del Paraguay se cultivan en Paso Guembé, una pequeña y laboriosa compañía rural de la ciudad de Trinidad, en el departamento de Itapúa.
La producción de la fruta ocupa a unas 200 familias. Las condiciones óptimas de suelo y de clima permiten producir frutas de gran tamaño y de un especial sabor.

En enero de cada año se realiza en esta localidad el Festival Nacional de la Sandía, ocasión en que se eligen y premian las frutas de mayor tamaño y peso, que llegan hasta los 28 kilos o más. Además se realiza una gran feria en la que se exhibe y se comercializa la fruta, con actuación de varios artistas, ocasión en que elige a la Reina Nacional de la Sandía.

La calidad de las sandías producidas en Paso Guembé ya ha logrado reconocimiento internacional, a tal punto que gran parte se están exportando a la Argentina.

La capital de la banana y la piña: Guayaibi

Ubicada sobre la ruta 3, a la altura del kilómetro 141, en el departamento de San Pedro, la ciudad de Guayaibi se ha vuelto célebre por su buena producción de piña y banana.

El suelo franco arenoso que abunda en la región favorece a este tipo de cultivos, que ha alcanzado gran dimensión, al punto que actualmente se exportan en buenas cantidades a varios países del Mercosur, principalmente la Argentina.

En la zona se obtiene un rendimiento de 700 a 800 cajas de piña por hectárea y de 1.400 cajas de banana por hectárea.

Guayaibi, cuyo nombre proviene de un árbol tradicional en la zona, es un municipio relativamente nuevo. Fue elevado a la categoría de distrito en 1992.

La ciudad joven y feliz: Fernando de la Mora

Por contar con una gran población de gente joven, que promovía un permanente ambiente de fiestas y celebraciones, Fernando de la Mora pasó a ser conocida como “la ciudad joven y feliz”.

Ciudad vecina a Asunción, originalmente se denominaba Zavala Cué, debido a que había un gran campo con una histórica residencia donde vivía una dama de apellido Zavala, quien luego se mudó a la capital. Al quedar sus tierras abandonadas, la gente se refería al lugar como “Zavala Cué”. Incluso, así la menciona el gran cantor popular Emiliano R. Fernández, en una de sus clásicas composiciones Guavira poty.

Tras ser fundada oficialmente en 1939, la ciudad debe su nombre actual al prócer de la Independencia, Fernando de la Mora.

Uno de sus principales atractivos es el barrio 6 de Enero, más conocido como Kamba kua, donde vive una comunidad de afroparaguayos, exesclavos que habían acompañado al prócer uruguayo José Gervasio Artigas en su exilio al Paraguay, y se establecieron en ese sector. En el lugar se preservan valiosos rasgos de su cultura ancestral, principalmente un ballet de danzas y un elenco de tamborileros.

Anualmente, el 6 de enero realizan un gran festival folklórico en honor a su santo patrono, san Baltazar, que atrae a miles de turistas y visitantes.

La ciudad de las pelotas: Quiindy

Al llegar a Quiindy, sobre la ruta 1, en el departamento de Paraguarí, se pueden observar varios puestos de ventas que exhiben coloridas pelotas para la práctica de varios deportes, principalmente para fútbol, futsal, vóleibol o hándbol.
Desde hace años, la fabricación de las pelotas se ha convertido en una de las ocupaciones más importantes y una de las principales actividades económicas para gran parte de la población.

La actividad fue iniciada años atrás por un artesano talabartero, que empezó a trabajar en la reparación de pelotas de cuero, hasta que se decidió a fabricarlas. El éxito que obtuvo fue rápidamente emulado por otros vecinos y en pocos años Quiindy se convirtió en “la ciudad de las pelotas”.

El barrio Niño Jesús es la zona de la ciudad donde hay más familias dedicadas a la actividad, en unas 50 casas hay estructuras de producción artesanal, aunque algunas ya son de carácter más industrial. Las pelotas que se hacen de puro cuero salen más caras y se confeccionan sobre pedido. La mayoría de las que se venden en la calle son de símil cuero, para competir principalmente con las pelotas de origen chino que inundan el mercado. La mayoría de las pelotas cumplen estrictamente con las normas reglamentarias para la práctica de los diversos deportes.

En 2016 se realizó la primera Expo Pelotas, una actividad que se propone realizar anualmente para atraer a más turistas y visitantes.

La ciudad de la frutilla y la cerámica: Areguá

Si hay un rasgo que caracteriza a la ciudad de Aregua, a orillas del legendario lago Ypacaraí, es la producción de frutillas.

Localidad antigua, originalmente llamada Tapaicuá, fundada en 1538 por Domingo Martínez de Irala, en un sector donde ya había poblaciones indígenas, conserva bellas casonas de estilo colonial, con un ambiente que el gran escritor Gabriel Casaccia ha recreado en varias novelas, como La llaga y La Babosa.

La frutilla se cultiva y se produce principalmente en algunas de sus compañías más visitadas, como Patiño y Estanzuela. Todos los años, en el mes de agosto, se realiza en Patiño la Expo Frutilla, oportunidad en que se ofrecen no solamente la fruta recién cosechada, sino también varios productos elaborados en base a la misma, como tortas, tartas, licores, jaleas y mermeladas. Últimamente han causado gran sensación delicias culinarias consideradas exóticas, como la milanesa y las empanadas de mango.

Comunidad poblada por muchos artistas y bohemios, Areguá es también conocida por la producción de artículos de artesanía en cerámica. A lo largo de la avenida principal de acceso a la ciudad, desde Luque, hay una gran feria de productos artesanales al aire libre, muy visita y apreciada por los turistas y visitantes.
A pesar de que Aregua reivindica el rótulo de “ciudad de la frutilla y la artesanía en cerámica”, este segundo rubro es compartido por otras ciudades como Itá y Tobatí.

La ciudad del lago y del folklore: Ypacaraí

Denominada antiguamente como Guazuvirá y Tacuaral, la ciudad de Ypacaraí fue fundada en 1887 por el presidente Patricio Escobar. Debe su actual nombre al legendario lago, a cuyas orillas se encuentra ubicada.

Aunque el nombre en guaraní significaría “lago conjurado”, hay una versión mítica que sostiene que los primeros españoles preguntaron a los indígenas de la zona cómo se llamaba el bello lago, a lo cual uno de ellos le preguntó: “¿ypa karaí?”, que significa “¿se refiere al agua, señor?”. Los españoles creyeron que era el nombre del lago, y así quedó.

La ciudad también se hizo célebre por la organización anual del Festival del Lago Ypacaraí, que en épocas de la dictadura stronista se convirtió en un espacio de arte crítico, donde actuaban los músicos y artistas que hacían canciones y obras de tipo social, consideradas “de protesta”. Por esta condición, la policía intento prohibir el evento en varias oportunidades, con varios de sus organizadores y participantes perseguidos y apresados.

El Festival del Lago Ypacaraí es uno de los más renombrados en el país y a nivel regional. El trofeo que se otorga en las competiciones es muy apreciado.

La capital del karanda’y: Limpio

Fundada en 1785 por Fray Luis de Bolaños, con el nombre de San José de los Campos Limpios de Tapúa, la ciudad de Limpio (como quedó abreviado el nombre original), vecina a Asunción, se ha vuelto muy famosa por la producción de elementos de artesanía en base a la palma del karanda’y, que abunda en la región.

Sombreros, canastas, canastillas, pantallas, bolsones, son realizadas a partir del entramado de la hojas secas de la palmera. Se estima que unas 1.600 personas se dedican a esta actividad, con estilos que llegan desde la época de la colonia española y se transmiten de generación en generación.

Anualmente realizan la Expo Karanda’y, en la que los artesanos exponen sus distintas especialidades. También hay una oferta permanente de estos productos en el Mercado de Abasto Norte, a la entrada de la ciudad.

La capital del oro: Paso Yobái

Aunque originalmente era conocida como una zona productora de yerba mate, la localidad de Paso Yobái, en el Departamento del Guairá, pasó a ser conocida como “la capital del oro”, tras el hallazgo de partículas del valioso mineral entre las piedras y las arenas del lugar, en los años 90.

Desde entonces se inició una verdadera “fiebre del oro”, que ha movilizado a pobladores, a caudillos políticos y a aventureros, incluyendo a empresas extranjeras interesadas en la explotación del mineral.

Tras una serie de conflictos y una primera adjudicación de la explotación por parte del Gobierno a la empresa Minas Guairá, gran parte de las acciones de esta empresa fueron adquiridas en 2007 por la firma Latin American Minerals Paraguay S.A. (Lampa), subsidiaria de la compañía minera canadiense Latin American Minerals Inc., que sigue con la explotación del mineral hasta la fecha, en constante conflicto con grupos de pobladores, mineros artesanales y caudillos regionales, que desean desalojar a la empresa extranjera.

Gran parte de la extracción y comercialización del oro se realiza de modo artesanal, sin control del Estado y el mineral es sacado del país de contrabando y vendido en el mercado negro. Una investigación periodística de Última Hora y Telefuturo, realizada en 2011, demostró que en algunos establecimientos se utiliza el mercurio, cuya presencia altamente tóxica fue comprobada en algunos cursos de agua.

La explotación del oro permitió mejorar el ingreso de muchos pobladores y revitalizar la economía de Paso Yobái. En la localidad, anualmente se realiza un Festival de la Yerba Mate.

La capital del ovecha ragüe: San Miguel

Ovecha ragüe, cuya traducción literal sería “pelo de oveja”, es la expresión guaraní que designa a la lana. La ciudad del Paraguay más conocida por su producción de lana y por la fabricación de diversos productos artesanales en base a ella, es San Miguel, en el Departamento de Misiones.

Se trata de una zona caracterizada por la producción ganadera, especialmente de ganado ovino. La abundante producción de lana ha llevado a los pobladores a fabricar diversas prendas de artesanía, principalmente para la época de invierno, como frazadas de lana, poncho, vichú, ruana, mantilla, boina, polaina, chalecos, tricotas, pulóver, medias, gorros, tapices y alfombras.

A los costados de la ruta uno, en todo el sector urbano de San Miguel, se pueden apreciar las tiendas y los puestos de venta artesanales que exhiben los coloridos productos artesanales, no solamente hechos de lana, sino también hamacas, objetos de cuero, tallados en madera, entre otros.

El Festival Folklórico de Ovecha Ragüe se realiza anualmente, en el mes de junio, con una gran feria de productos artesanales y de comida típica en la plaza principal, espectáculos de jineteadas y actuación de grandes artistas musicales.

La capital del arroz: Carmen del Paraná

Además de ser el lugar donde se libró la histórica batalla de Tacuary, en marzo de 1811, que resultó decisiva para lograr la independencia del Paraguay, la ciudad de Carmen del Paraná, en Itapúa, es conocida como “la capital del arroz”, por las grandes extensiones de cultivo del rubro agrícola y por ser sede de grandes empresas que se dedican a la comercialización de este alimento. En el mes de julio se acostumbra realizar la Expo Arroz.

Gran parte de la población desciende de rusos, polacos, checos, ucranianos, eslovacos y otros grupos migrantes que llegaron a la región tras la Primera Guerra Mundial.

Tras el relleno del embalse de la represa hidroeléctrica de Yacyretá, la ciudad de Carmen del Paraná resultó favorecida con una costanera de 8 kilómetros de extensión, a orillas del río Paraná, y con tres hermosas playas, Pirayú, Ybicuí y Tacuary, que la convierten en un nuevo destino turístico, muy apreciado por su bello paisaje. Cuenta con pintorescas y cómodas posadas familiares para recibir a los turistas.

La capital del licor: Yegros

Sobre la antigua ruta del Ferrocarril, la ciudad de Yegros, en el Departamento de Caazapá, fue poblada inicialmente por inmigrantes de diversas nacionalidades, especialmente alemanes, suizos, franceses e italianos, que transmitieron elementos de su cultura, principalmente gastronómica, entre ellos, la fabricación de deliciosos licores a base de frutas.

Fundada en 1888 por Santiago Schaerer, la población tuvo varios nombres, como Puesto Naranjo, San Fernando del Espíritu Santo y Colonia Juan González, hasta adoptar el nombre del prócer de la Independencia del Paraguay, Fulgencio Yegros.

Anualmente de realiza el Festival del Licor, generalmente en octubre, una colorida feria popular en donde los visitantes y asistentes pueden degustar la gran variedad de bebidas artesanales, hechas a base de frutas exóticas como el pakurí, o de sabores más comunes como níspero, frutilla, piña, kiwi, coco, menta, chocolate, huevo, naranja y otros. También se encuentran sabrosas comidas típicas y embutidos caseros, tortas y dulces, además de disfrutar de números de danzas y actuaciones de grandes artistas.

Yegros es la ciudad natal del gran poeta Elvio Romero, cuyo nombre lleva la biblioteca local. Un punto de gran atracción turística es el antiguo puente de hierro del ferrocarril sobre el río Pirapó, conocido como “Fierro Punta”. 

La ciudad de la piedra: Emboscada

Fue fundada en 1740 con el nombre de San Agustín de la Emboscada, según la leyenda porque era el lugar en donde los hostiles indígenas Guaikuru tendían emboscadas a sus enemigos.

La existencia de grandes cerros de piedras dio origen a la instalación de canteras para extraer el mineral, que se convirtió en la principal fuente de ocupación para sus pobladores.

Las piedras se extraen principalmente para la industria de la construcción, pero también se ha ido desarrollando una interesante generación de artesanos que realizan esculturas en piedra, santos, figuras, morteros, planteras y artículos deportivos, lo cual le ha reconocido a Emboscada ser llamada como “la ciudad de la piedra”.

La localidad es conocida, además, por la popular celebración de su santo patrono, San Agustín, el 24 de julio, ocasión en que se realiza el tradicional ritual del “guaikuru ñemonde”, con promeseros que se disfrazan como los antiguos indios Guaikuru, con máscaras y vestimentas hechas de follajes y plumas, un espectáculo muy exótico y llamativo, que atrae la presencia de numerosos turistas y visitantes.

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Created by Tal Garner
On Nov 18, 2021