Cómo triunfar en el arte a lo Warhol

A tres décadas de su muerte, este artista sigue siendo tan incomprendido como influyente, incluso para quienes lo tachan de superficial y sobrevalorado. El hombre sigue siendo tan fascinante que ¿quién no querría ser Andy Warhol?

Aquí te contamos qué lo hizo especial en el mundo del arte, cómo ser tan exitoso como él y por qué hoy sigue siendo un icono cultural relevante.

No te pierdas el documental «Andy Warhol» en la pantalla de Señal Colombia:
PARTE 1: Lunes 3 de septiembre, 7:30 p. m.
PARTE 2: Martes 4 de septiembre, 7:30 p. m.

Es fácil preguntarse, ¿qué de especial puede tener un tipo que pintó latas de sopa?

Mucho. Podemos empezar por ese ojo estético impresionante, atributo que desarrolló mejor que nadie y que le permitió capturar el espíritu de su tiempo con tanta finura que incluso logró predecir cómo serían ciertas dinámicas en el futuro, o sea, nuestro presente.

Antes de Andy Warhol, había una especie de ecuación para ser considerado un buen artista: mucho talento, originalidad tremenda, una pasión que se viera reflejada en su vida personal y la belleza de las obras realizadas. Al entrar en el circuito artístico neoyorquino,Warhol reconfiguró el imaginario del ser artista en un mundo que antes de él solo veía belleza y relevancia en las obras de bellas artes.

Otra de los detalles que hizo a Warhol un artista especial fue su dominio de la técnica de serigrafía, la cual llevó al máximo con un cinismo que negaba la capacidad de un artista para pintar. Así, mientras los demás artistas pensaban que para serlo tenían que dibujar sus propias obras, Warhol tomaba personas u objetos de la cotidianidad y los resignificaba en una obra.

Su obra Campbell's Soup Cans, fue la que le dio la idea de trabajar la serigrafía y la reproducción en serie, aunque en esta obra sí se sentó a pintar cada una de las 32 latas, cada una de un sabor diferente. Las latas de sopa le dieron la fama apenas las expuso en 1962 en la Galería Ferus de Nueva York, lo curioso fue que la idea vino de un amigo, quien le dijo que pintara cosas comunes, como las latas de Campbell.

Primer paso para Warholizarte: Toma y reinterpreta.

Con esas latas inició una carrera basada en el arte de la apropiación, que no es robo, aunque a veces lo tachen de copiar lo ajeno. Claro, la apropiación puede exigir más creatividad que la creación.

Al principio este cuento de la apropiación le costó unas demandas, como la que le puso la fotógrafa Patricia Caulfield después de que Andy tomó una de sus fotos para agrandarla, recolorearla y darle el nombre de Flowers en un cuadro de 1964. Rápido aprendió que las demandas cuestan plata así que empezó a pedir permiso para usar trabajos ajenos como base y empezó a tomar sus propias fotos.

La Marilyn Diptych es el mejor ejemplo de su capacidad de apropiación e inmediatez. Semanas después de la muerte de Marilyn Monroe en 1962 salió esta pieza para la que Warhol solo tomó una foto promocional de la película Niagara, la intervino en serigrafía y sacó 25 idénticas a color hacia las izquierda y otras 25 en blanco y negro a la derecha.

Segundo paso para Warholizarte: Sé inmediato.

Ese estilo de hacer repeticiones en la misma pieza también fue otra de las características del arte de Warhol, porque treinta son mejor que uno. Thirty are better than one fue el nombre de su obra con treinta caras de la Monalisa en el mismo lienzo.

Esa magia de la repetición fue uno de los desafíos que le puso al concepto de belleza en el arte. También fue el elemento que le dio la profundidad a sus banales obras, precisamente porque abría la posibilidad de múltiples interpretaciones de la misma pieza, aunque para él los motivos fueran tan superficiales como sus respuestas.

Esa fijación con las máquinas y todo lo industrial lo llevó a crear The Factory, su estudio, el cual funcionaba como una fábrica de arte en la que él delegaba a otros la producción de obras o incluso la firma de piezas.

Tercer paso para Warholizarte: ¡Repite!

Marilyn Monroe y la Mona Lisa de Da Vinci no fueron las únicas caras famosas presentes en el arte de Warhol: Elvis Presley, Jackie Kennedy y Elizabeth Taylor son algunos otros.

Muchas de las personas en sus obras estuvieron primero en una foto tomada por Andy Warhol, porque una de sus estrategias era tener amigos chéveres: Debbie Harry, Muhammad Ali, John Lennon, Basquiat, Diana Ross, Lisa Minnelli, Mick Jagger y hasta el rey del pop en español, Miguel Bosé, son algunas de las caras famosas que se inmortalizaron en una obra del rey del pop art.

Y si no tenían fama, los hacía famosos. Ese fue el caso con la banda de rock del gran Lou Reed, The Velvet Underground, a quienes les sirvió como manager, les puso de vocalista a Nico, una de las estrellas de The Factory, y hasta los hizo parte de su arte con una serie de eventos multimedia en los que la banda tocaba mientras se proyectaba una película que él les filmó.

Cuarto paso para Warholizarte: Ten amigos cool.

Además fabricó más estrellas como Edie Sedgwick, la más popular de todas.
Con Edie, la fascinación se convirtió en una obsesión que lo llevó a explotar su estatus de socialité y a crearla como modelo de sus obras y como actriz de sus películas hasta que se hartó de ella, cambiándola por Nico.

Warhol tenía una tendencia a obsesionarse con alguien, usualmente famosos o personas objeto de su arte. Su primera obsesión fue la actriz infantil Shirley Temple y continuó con el escritor Truman Capote, a quien acosó con cartas casi a diario por un año, lo perseguía afuera de su casa, le hizo una serie de retratos e insistió hasta que logró hacerse su amigo.

Quinto paso para Warholizarte: obsesiónate con alguien.

Esa obsesión por las personas venía de su fascinación especial por la fama y todo lo famoso. Él mismo siempre quiso serlo así insistiera en que era como cualquier otra persona. La fama fue una de sus grandes estrategias como artista comercial.

Warhol incluso predijo el futuro en los 60 con su frase sobre los «15 minutos de fama» y lo llevó al extremo cuando ponía a audicionar para sus películas a cualquier persona, así no tuviera talento. Así, desde su estudio, creó nuevas estrellas y las llevó a la fama.

Sexto paso para Warholizarte: Ten (al menos) 15 minutos de fama.

Treinta años después de su muerte, Andy Warhol sigue siendo popular, sigue contando con reconocimiento y sigue siendo un éxito del mercadeo. A pesar de ser el rey de la apropiación, los artistas después de el no se han atrevido a hacer obras similares para no ser acusados de copiarlo. Toda una paradoja para quien quería ser copiado.

De hecho, dejó arte para la posteridad. En los últimos trece años de su vida armó 610 cápsulas de tiempo que realmente son cajas con cositas, objetos e impresos. Tan exitoso es que, en 2014, un fanático anónimo pagó 30 mil dólares para tener el privilegio de abrir una de esas cajas; abrirla, no poseerla.

Warhol estaba adelantado a su tiempo y fue profeta de mucho de lo que vivimos en la actualidad con su trabajo y su visión de la cultura. De hecho, el publicista estadounidense Al Bergeron hizo el comparativo sobre cómo Andy Warhol predijo el social media y sus dinámicas:

Sus ideas, sus provocaciones, sus piezas superficiales sin explicación alguna y su vida personal hacen que hoy la gente siga intrigada con el significado de sus obras y el de su propia existencia.

Andy Warhol sigue siendo tan enigmático e influyente como hace más de tres décadas.