¿Qué personaje de El corredor del laberinto eres?

¡Un nuevo, un nuevo! ¡Podemos ser amigos!

Intentar ser cortés, al menos. Mejor hablar con alguien de fuera que seguir muriéndome del aburrimiento entre estos patanes.

Ha llegado otro tío, vale... ¿Y qué?

Presentarme con una sonrisa.

¿Cómo se llama? ¿Y qué carácter tiene? ¿Es callado? ¡Seguro que oculta algo!

Hacerle un tour.

Dejarle claro cuál es la escala social y en cuál de las muy, muy, muy, muy inferiores posiciones se encuentra él.

Pregúntales a ellos.

Independiente.

Maravilloso, obviamente. Y aquí van más: atractivo, inteligente, valiente, leal... Atractivo...

Decidido.

Pff... Sensato. De no ser por mí, a ver cómo se las apañaban esos verduchos.

Perspicaz.

Uhm... ¿Buena persona?

Un pez. Sí, ¿qué pasa? No molestan demasiado y no da pena cuando la palman.

¡Un labrador! O tal vez... ¡un san Bernardo! O más bien... ¡un perro lobo! ¡O mejor todos! :)

Un gato.

Un caballo, para moverme con libertad.

Ninguna, porque no tendría tiempo para cuidarla.

Un pastor alemán. Son inteligentes y muy rápidos.

Un pitbull. Con eso impones aún más.

Eeeeh... Sí, esa es una pregunta interesante. Deja que lo piense.

Actuar. Quedarte paralizado no soluciona nada.

Es preferible lo malo conocido a lo malo que pueda suceder.

No me van los debates. O se hace algo o no, pero darle vueltas es una pérdida de tiempo.

Para arreglar las cosas, en ocasiones el fin justifica los medios.

Es importante cambiar cuando es necesario, pero sopesándolo detenidamente para no cometer errores.

Si las cosas van mal, habrá que averiguar por qué y cómo cambiarlas.

Las amistades de un hombre son uno de los mejores indicativos de su valía.

Es en las cosas pequeñas donde reside tu fuerza.

Cuando los sentidos nos fallan, la razón debe guiarnos.

Lo que no te mata te hace más fuerte.

Construimos demasiados muros y no suficientes puentes.

Si buscas resultados distintos, no hagas siempre lo mismo.

Hay una forma de hacer mejor las cosas. Encuéntrala.