La muerte en los frescos de Rivera
La muerte en los frescos de Rivera
¿Sabías qué para Diego Rivera, la obra de Guadalupe Posada fue su máxima inspiración en el tema de la muerte? Por eso su estilo mantiene un estilo familiar, un toque mexicano.
La muerte siempre será un tema de inspiración interminable.
El pintor guanajuatense dejó constancia plástica de su preocupación por abordar temas relacionados con la muerte desde que era joven. En 1895 realizó el dibujo de un hombre herido de muerte, cabalgando desbocado a su inevitable destino.
Diego Rivera manifiesta un fervor nacionalista por las festividades propias al Día de Muertos. Por eso se puede afirmar que el instinto de muerte en él es un sentimiento destructor –contrario al que Freud describía–, pues su arte representa la vida misma del mexicano.
¿Sabías qué para Diego Rivera, la obra de Guadalupe Posada fue su máxima inspiración en el tema de la muerte? Por eso su estilo mantiene un estilo familiar, un toque mexicano.
La muerte siempre será un tema de inspiración interminable.
El pintor guanajuatense dejó constancia plástica de su preocupación por abordar temas relacionados con la muerte desde que era joven. En 1895 realizó el dibujo de un hombre herido de muerte, cabalgando desbocado a su inevitable destino.
Diego Rivera manifiesta un fervor nacionalista por las festividades propias al Día de Muertos. Por eso se puede afirmar que el instinto de muerte en él es un sentimiento destructor –contrario al que Freud describía–, pues su arte representa la vida misma del mexicano.

Sueño de una tarde dominical en la Alameda Central (1947)
Esta obra se creó en tres secciones, en la primera el artista representó la conquista y la época colonial –por eso es que aparece Hernán Cortés–. La sección central comienza con Manuel Gutiérrez Nájera saludando con su sombrero a José Martí, escritores distinguidos en la corriente modernista. Frida Kahlo se muestra con un gesto maternal detrás del mismo Diego Rivera con 9 años de edad.
En la tercera sección Rivera ilustra los movimientos campesinos, y la manera en que se desarrolló la Revolución Mexicana.
Los viejos (1912)
Rivera viajó por distintos países en el continente europeo, es por ello que adoptó el estilo de algunos pintores.
¿Sabías qué para Rivera el artista "El Greco" fue la máxima inspiración para pintar "En las afueras de Toledo", mejor conocida como "Los viejos"?
Ésta es una representación de tres campesinos en los últimos días de sus vidas.
"Para mí, el colmo de la felicidad sería no haber nacido."
Liberación de Peón (1931)
En esta obra Rivera desarrolló una narrativa aterradora sobre el castigo corporal de un labriego, golpeado y abandonado a su muerte.
El mural representa la injusticia de las condiciones sociales y económicas sobre el peonaje –sistema de servidumbre a sueldo establecido por los colonizadores para forzar a los indios a trabajar la tierra–, y que justificaron la lucha revolucionaria en México.
La sangre de los mártires revolucionarios fertilizando la tierra (1926)
Este fresco de 1926 se ubica en la antigua capilla de la Universidad Autónoma de Chapingo, México. El personaje de la izquierda alude a la figura del Emiliano Zapata quien participó activamente en la Revolución Mexicana, y se menciona que en este mural no sólo se incluyen a personajes que lucharon contra la dictadura de Porfirio Díaz, sino que además hay una recuperación de ciertos valores que se vinculan con la tradición de los pueblos originarios.
Carnaval de la vida mexicana (1936)
Para este mural Diego Rivera se inspiró en el tradicional carnaval de Huejotzingo del estado de Puebla para hacer, por encargo de Alberto Pani, cuatro bastidores transportables que decorarían el comedor del Hotel Reforma. Sin embargo nunca llegó a exhibirse ahí y se retiró debido a su visión satírica de asuntos políticos, en la cual la figura de la muerte aparece con el epíteto de ser "la eternidad".
Fue hasta 1963 que se trasladó al Palacio de Bellas Artes, formando parte de la colección permanente del Museo.