Cuando llegué al campo de concentración, una chica que estaba junto a mí, me preguntó a qué me dedicaba antes de la guerra, cuando respondí que tocaba el violonchelo, me respondió “¡Fantástico! Estás salvada”.

Anita Lasker Wallfish

Palabras de la violoncelista que trabajó junto con Alma Rosé en la orquesta de mujeres. Ser músico representaba una bendición puesto que no eran personas comunes o reemplazables.