El hilo de Ariadne, la demostración más pura de amor e ingenio

Una joven hermosa, que vivía bajo el seno de una familia conflictiva, se enamoró perdidamente de Teseo, un guerrero que prometía solucionar todos sus problemas, destruyendo a un monstruo que amenazaba constantemente su integridad. Si bien era un gran luchador, podía perder la vida en la batalla contra el monstruo, por lo que Ariadne debió ingeniárselas para mantener vivo a su amor. ¿Cómo logró salvar a su amado? ¿Contra quién debía luchar? Aquí te contamos todo.

Mary Villarroel Sneshko
Creado por Mary Villarroel Sneshko (User Generated Content*)User Generated Content is not posted by anyone affiliated with, or on behalf of, Playbuzz.com.
Elegir 3 jul 2018
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La fantasía sexual de una reina, provocó un terrible caos: el Minotauro

El rey Minos y la reina Pasífae habían recibido de Poseidón un toro blanco de regalo. La belleza del animal era tan impresionante que generó en la reina un terrible deseo: quería tener relaciones con el toro. ¿Cómo sería posible?

Pasífae vio en Dédalo -el arquitecto del pueblo- una posibilidad y le confesó su deseo, él decidió ayudarla creando una vaca de madera en la que la reina se pudiera esconder para enamorar al toro. El resultado fue tan impresionante que logró seducir al animal y tuvo relaciones con él –escondida en la vaca de madera-

De la extraña –y prohibida- unión de la reina Pasífae con el prodigioso toro blanco que Poseidón había enviado al rey cretense Minos, nació el Minotauro. Cuando el rey descubrió el nacimiento de la criatura, lo ocultó encerrándolo en un laberinto construido por Dédalo, el más famoso ingeniero griego que trabajaba para el rey.

¿Cómo era el laberinto? Un terrible caos sin salida

Si bien Dédalo trabajaba en pro del rey, fue el responsable del nacimiento del Minotauro, pues fue quien diseñó el toro que le permitió a la reina Pasífae tener relaciones con la criatura.

El rey, antes de castigarlo, lo obligó a construir el laberinto más completo del mundo. Tenía una maraña de corredores y salas, diseñado de manera que todo el que entrara, terminara perdido, aturdido e incapaz de encontrar la salida.

El Minotauro era un recordatorio terrible para el rey Minos, pero al mismo tiempo, por ser hijo de Pasífae, le era imposible matarlo.

No podía destruirlo y mucho menos dejarlo sin comer, porque estaría destruyendo la divinidad del monstruo –que había nacido de una reina y de un obsequio de un dios-.

Cada año, llegaban a Creta siete muchachos y siete muchachas atenienses destinados a convertirse en la comida del Minotauro. Era un sacrificio que el rey había impuesto. Un tributo a la divinidad del monstruo. 

Un guerrero extraordinario decidió enfrentarse al monstruo 

14 atenienses morían cada año bajo las extrañas ruinas del laberinto. Teseo, hijo de Etra y Egeo, rey de Atenas, se enteró de la tragedia y decidió actuar por el bienestar de su pueblo.

Teseo era un guerrero muy inteligente, valiente, de gran vigor y bravura. Contaba con la espada de su padre como arma y se encargaba constantemente de resolver los problemas más grandes de su pueblo. Mató a Perifetes (un hombre que mataba viajeros), a Escirón (quien tras robar y torturar a sus víctimas, se las daba de bocadillo a su tortuga gigante) e incluso había eliminado al rey Cerción.

Teseo se sentía confiado y preparado. Sabía que podía luchar contra el Minotauro y salvar la vida de los 14 atenienses que eran elegidos cada año. Emprendió el viaje hasta Creta y se ofreció como voluntario para acabar de una vez por todas con la terrible y desconocida bestia. 

Ariadne era una joven hermosa e inteligente. Tenía muchísimos pretendientes, pero ninguno había logrado cautivarla.

El amor y la valentía, las fuerzas más poderosas 

Teseo llegó a Creta decidido a eliminar al Minotauro. No tenía miedo, sabía que podía, pero necesitaba ayuda. Ariadna apareció en su camino. Una hermosa muchacha, hija del rey Minos y Pasífae, media hermana del Minotauro. De belleza extraordinaria y carácter sublime, la joven le hacía honores a su nombre que significa “la de gran pureza”.

La pasión de Teseo por su pueblo, su coraje y valentía, hicieron que se enamorara perdidamente de él. Su amor era tan profundo, que la mínima posibilidad de perderlo se hacía imposible de sobrellevar. Enseguida comenzó a trabajar en pro de ayudarlo. Tenía que conseguir una manera de mantenerlo con vida y de tanto buscar, la encontró. 

El hilo de Ariadne: amor, inteligencia e ingenio 

Ariadne se había enamorado de Teseo y no podía perder a su amor, por lo que recurrió a Dédalo, quien ya tenía mucho tiempo trabajando para su familia. Dédalo prometió ayudarla, le entregó un hilo luminoso y ella lo transformó en un ovillo que Teseo podría desenredar en el laberinto para luego seguirlo y encontrar la salida. Además, le advertiría de algunas de las terribles trampas que había construido para el Minotauro.

Teseo al enterarse de los esfuerzos de Ariadne por ayudarlo, le prometió matrimonio si lograba salir con vida del laberinto.

Después de una larga –y misteriosa- lucha, Teseo salió con vida del laberinto, habiendo destruido al Minotauro, ya no tendrían que hacer más sacrificios. Enseguida le prometió su amor a Ariadne y juntos huyeron de Creta. 

El hilo de Ariadne había funcionado, todo marchaba bien. Logró vencer al Minotauro y regresar con vida a Creta. Lo mínimo que podía hacer, era cumplir su palabra: entregarle todo su amor a la mujer que lo salvó.

Un héroe malagradecido y arrogante 

Teseo logró su cometido gracias a la ayuda de Ariadne, quien traicionó a su padre para poder ayudarlo a escapar del laberinto. Sin ella, Teseo no habría podido escapar con vida, pero esto a él no le importó. Huyeron juntos de Creta, pero él la abandonó sin dejar rastro en la isla de Naxos.

Ariadne estaba devastada. Lo que conocía como amor, había huido sin dejar rastro. Se había quedado sin nada.

Sola y con el corazón destrozado pues su amor la había abandonado, entró en un mundo de tristeza y desolación. Dioniso, dios de la exuberancia de la naturaleza, la inspiración desenfrenada y el delirio místico, se enamoró de su belleza y decidió rescatarla de sus penurias.

Dioniso apareció en un carruaje tirado por panteras y seguido de su cortejo, la convenció de que se casara con él y la condujo al Olimpo, donde le ofreció una espectacular diadema de oro que se convertiría en una de las más hermosas constelaciones. 

Por Mary Villarroel Sneshko | @Vivodesorpresas | Culturizando
Con información de "Diccionario de la Mitología Clásica". Editorial Espasa.

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On Nov 18, 2021