W 25: la primera 'flecha de plata' de Mercedes

Las 'flechas de plata', como se les conoce a los Mercedes-Benz de competencia, son sínonimo de poder y velocidad, pero este icónico color en realidad nació por una casualidad.
A principios de la década de los años 30, Mercedes-Benz quería mostrar lo que su tecnología era capaz de hacer, y para ello, eligió la categoría de los 750 kilogramos donde se limitaba el peso y tamaño de los motores.

La primera 'flecha de plata' fue el W 25 de 1934, un auto diseñado con un alto contenido aerodinámico, enfocado a reducir el arrastre. El chasis era tubular, con suspensión independiente y la transmisión estaba montada en el eje trasero para darle mejor equilibrio.

La primera carrera del W 25 fue en el histórico circuito de Nürburgring. El automóvil llegó al lugar con pintura blanca, el color por excelencia de los vehículos alemanes de competencia, hasta ese momento. Sin embargo, al momento de ser pesado, el auto se pasó del peso permitido por un kilogramo.

La solución fue quitarle la pintura blanca a espatulazos, dejando la escultural carrocería expuesta y el aluminio brillante. Así nació una leyenda que se impondría en el mundo del automovilismo hasta el surgimiento de la Segunda Guerra Mundial y cuyo nombre continuaría en el automovilismo hasta la actualidad.

El motor era un impresionante ocho cilindros con un supercargador mecánico. La tecnología de supercargadores era parte de los desarrollos de Mercedes-Benz, que alrededor de esa época también contaba con el 500K y 540K.

La potencia del W 25 era de alrededor de 354 caballos de fuerza; la velocidad máxima estaba por los 300 kilómetros por hora, una cifra que si bien hoy es impresionante, en 1934 era una verdadera locura.

Recientemente, en el Concurso de la Elegancia en Pebble Beach, la marca presentó su Vision EQ Silver Arrow, un vehículo eléctrico que rinde tributo al W 25 y que entrega 750 caballos de fuerza.