Monumentos extraños

Mirar esta escultura llamada "Una conversación con Oscar Wilde" nos hace imaginar poéticamente que quizás en el cementerio Pére Lachaise, donde descansan sus restos, el rostro del autor de El Retrato de Dorian Grey esté intacto. Lo que sí sabemos de cierto es que no es el look que más inspira a emprender una conversación con ningún literato, por más interesante que sea su obra.

Un pulgar de bronce que mide 12 metros y pesa 18 toneladas es justo lo que necesitaba La Défense, el distrito financiero de la Ciudad Luz. Además de sentir la emoción de ver ese inmenso "like", puedes ver de cerca los detalles del dedo pulgar del propio artista, César Baldaccinni, quien con mucha tecnología impresionante logró todo ese detalle en 1965 e hizo muchas réplicas. Sin duda esta, llamada simplemente "El Pulgar", es la más famosa.
Por alguna razón, la obra no ha logrado hallar un lugar en el refinado gusto de los parisinos, que suelen tener listo un florido repertorio de palabras altisonantes para describirla.

Y entonces un día un presentador de radio encargó una escultura de un tiburón hecha de fibra de vidrio para que atravesara su techo. Obviamente la obra de casi ocho metros deja claro el sentimiento de impotencia y enojo de cualquier persona acerca de temas nucleares, y por eso se montó el 9 de agosto de 1986, aniversario 41 del ataque a Nagasaki. Obvio... ¡obvio!

En Alabama se encuentra este monumento dedicado al bicho que destruyó sus cultivos: el gorgojo de algodón. Se dice que el hecho obligó a la comunidad a hallar nueva prosperidad diversificando sus cultivos, y ese monumento bizarro se erigió para agradecerle la dura pero efectiva elección.

Hermosa oportunidad para las mamás que gustan de torturar a sus hijos con historias de terror sobre personajes que los castigarán por no comportarse como ellas piensan que deberían. Presumiblemente, esta perturbadora y colorida escultura cuyo nombre es "El Comeniños" muestra a un ogro en plena hora del lunch. Ya tiene medio bebé en la boca, y a juzgar por los otros cuatro bebés que trae cargando y que ya adivinan su destino, parece que no se quedará con hambre. Nadie ha dado una versión definitiva sobre bajo qué pedido resultó esta pieza, pero cuentan que representa posiblemente a Krampus, el personaje que castigaba a los niños malportados en las Navidades.

Esta obra de 11 metros del artista chileno Mario Irarrazábal, como ha explicado él mismo, pretende ser simplemente "una pausa poética en medio del desierto", a la vez que enfatiza la impotencia y vulnerabilidad del ser humano. Sin embargo, muchas historias que nadie se toma la molestia de negar se han inventado sobre su significado. Está ubicada en pleno Desierto de Atacama, a 75 kilómetros de la Ciudad de Antofagasta.

Afuera de la estación de tren central en Roma se encuentra esta inexplicable escultura de Oliviero Rainaldi llamada Conversazioni. Es, claramente, Juan Pablo II. La pieza fue motivo de muchas críticas que la señalaron como un homenaje fallido al papa polaco. El artista, aunque ha defendido su pieza de casi cinco metros con orgullo, le hizo modificaciones para calmar a los furiosos (izquierda). Por eso la capa vampiresca ya no está tan abierta como al principio (derecha).

Desde antes de ser terminada y colocada en el Aeropuerto Internacional de Denver en 2008, esta polémica pieza de arte fue todo un desastre. Tan así que Luis Jiménez, el autor, murió aplastado por ésta cuando se rompió poco antes de terminarla. El look medio satánico de El Mesteño, mejor conocido por sobrenombres como "Blucifer" o "DIAblo" (jugando con las siglas de Denver International Airport), se suma a las muchas teorías conspiracionistas que se centran en el aeropuerto, cuya construcción supuso un gasto desproporcionado y parece estar lleno de otras "decoraciones" perturbadoras dispuestas según los cánones de grupos ocultistas a la vista de todos, como murales con escenas apocalípticas, gárgolas y símbolos.

"Todos somos uno"… nos atrevemos al spoiler por si acaso cuando te enfrentes a esta escultura no te queda claro el mensaje. Sería comprensible, debido a la distracción que producen las cuatro cabezas de Martin Luther King pegadas a esa esfera de acero muy pulida donde puedes ver tu propio reflejo.

David Černý es el famosísimo artista que con cada pieza inaugura una nueva controversia. Para esta, afuera del museo de Franz Kafka, decidió retratar a dos personajes en plena micción, regando una superficie que coincide con el mapa de la República Checa. ¡Espera! No termina ahí su gracia: gracias a que es una escultura kinética, con el líquido se 'trazan' famosas citas literarias en el agua… incluso las que prefieras, ya que puedes hacer tu bizarra petición vía mensaje de texto (+420 724 370 770).

Ubicadas en Austria, Grecia, Italia y República Checa, la serie de "Capas de Conciencia", de la artista surrealista checa Anne Chromý, lucen como primas de los dementores imaginados por J. K. Rowling, ideales para entrar en armonía con el espíritu en cualquier visita a una iglesia (sí dan ganas de persignarse y arrepentirse por los pecados, ¿no?). A la más conocida de estas capas vacías, en la catedral de Salzburgo, se le llama también "Piedad". La realidad es que hay toda una propuesta optimista detrás de la serie de Chromý, a la que ella define como arte de conciencia.

Imagínate que vas a la biblioteca estatal de Victoria y te hallas esto. Oh-oh, ¿como que algún ingeniero descuidó su trabajo? No, solo es la pieza llamada "Fragmento Arquitectónico", de Petrus Spronk, justo afuerita de la muy estable biblioteca real.

Escena inesperada en plena capital belga: Un policía es derribado por ese otro personaje que ha surgido de la coladera para pescarlo del pie. El artista Tom Frantzen es al que hay que agradecer por el asalto a la imaginación, y por poner ese toque de humor al paseo.

La explicación es muy simple: esta "Niña que orina" es la respuesta al "Niño que orina" (Manneken Pis), símbolo de la capital belga. Se encuentra más o menos a la misma distancia de la plaza mayor que el niño, solo que al lado opuesto.

Cualquier viajero en la ciudad alemana de Nuremberg puede conocerlas de cerca. Con claridad, estas damas representan las tres virtudes teológicas (Fe, Esperanza y Caridad) y las tres cardinales (Fortaleza, Templanza y Prudencia), coronadas por Justicia, la séptima virtud. Ahora, la razón por la que el autor del siglo 16 decidió que el agua saliera a presión por esa multitud de pezones de hierro parece ser un misterio más intrincado.

Estos cuatro carismáticos cerditos ubicados en el Rundle Mall son personajes consentidos en la ciudad de Adelaida. La autora, Marguerite Derricourt, quien ganó el concurso nacional de escultura con ellos en 1997, ha contado que en parte se inspiró en el famoso "Porcellino" de Florencia. Cada personaje tiene nombre: Oliver, Horacio, Trufas y Augusta.

Catorce esculturas de bronce en tamaño real surgen en la interescción de las calles Piłsudski y Świdnicka. La obra escultórica de Jerzy Kalina ha sido enlistada una y otra vez por publicaciones especializadas, como una de las más interesantes del mundo. Representa, según explica él mismo, la caída del comunismo y el resurgimiento en la democracia.

También conocida como "El arma anudada" esta escultura fue creada originalmente para hacer homenaje a la memoria de John Lennon, amigo del autor, Carl Fredrik Reuterswärd. Se colocó en el Central Park, frente al sitio donde fue abatido el compositor en 1980. El gobierno de Luxemburgo la donó a las Naciones Unidas, a cuyo terreno fue trasladada en 1988. Desde entonces, unas 30 réplicas han sido colocadas en distintas partes del mundo.

En el City Opera House (Stopera Concert Hall) de la capital de Países Bajos se puede encontrar a este violinista surgiendo del piso del foyer. La gente del lugar explica que se trata de un homenaje al espíritu irrefrenable de la comunidad judía, que florecía en este distrito de la ciudad antes de la Segunda Guerra Mundial, aunque por otro lado se le atribuye la pieza al famoso escultor anónimo y misterioso de Ámsterdam que deja obras aquí y allá sin revelar su identidad. (Y lo muy interesante sería saber cómo se las arregló para instalar esta obra "en secreto una noche", como cuentan.)