A finales de los 40, General Motors buscaba renovar la imagen de Chevrolet, pues se le veía sí como durable, pero no moderna. La gente la señalaba como una marca aburrida
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Para renovarse, GM incorporó en Chevrolet una nueva característica de sus marcas de lujo Buick, Cadillac y Oldsmobile: un techo rígido que no permitía el paso de agua, polvo y humedad en un convertible
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Este "hard top" se incorporó al Chevrolet 1950, un coupé de dos puertas que logró grandes ventas (más de 76 mil unidades 
) gracias a su peculiar techo que ninguna otra automotriz ofrecía entonces.
A este modelo "hard top" se le denominó Bel Air, llamado así por la lujosa zona de Los Ángeles 
, además, formó parte de la serie Styleline DeLuxe del Chevrolet.
Como se inspiraba en las marcas de lujo de General Motors, el Bel Air venía acompañado de interiores más ostentosos que las versiones sencillas del Chevrolet.
El precio de un Bel Air 1950 rondaba los mil 800 dólares 
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Con el cambio hacia el modelo 55, el nombre Bel Air adquirió una nueva imagen que reflejó el optimismo de la época del rock & roll: un Chevrolet con pintura en doble tono y opciones de motor V8 
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Las molduras y defensas cromadas, el doble tono y muchos detalles exteriores distinguían al Bel Air de las otras versiones llamadas 150 y 210.
En el '55 también se introdujo uno de los modelos ahora más codiciados del Bel Air, el Nomad, una versión guayín con únicamente dos puertas y una silueta deportiva para la época. El diseño fue una evolución para producción del Corvette concept wagon de 1954, una creación del del diseñador en jefe Harley Earl.
En 1957 Chevrolet cambió nuevamente de diseño y es tal vez el más recordado. Las libertades que tenían los diseñadores dentro de la compañía hicieron posible algo aún más distintivo: líneas más exageradas y un crecimiento de la simulación de las aletas hacia la parte trasera 
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Para 1957, el Bel Air sólo tenía disponible un motor de seis cilindros de 140 caballos y siete opciones de V8, con potencias que llegaban hasta los 283 caballos 
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El Bel Air estuvo disponible en una gran cantidad de carrocerías, incluyendo 2 y 4 puertas "hardtop" y guayín, así como sedán y convertible.
El nombre Bel Air continuó usándose hasta los años 70 como una versión de los diferentes modelos de Chevrolet, sin embargo, en la mente de los entusiastas el nombre lleva a la mente esos coloridos y brillantes coches de los 50, una década dorada para los autos estadounidenses.
Hoy, un Bel Air en óptimas condiciones está por encima de los 50 mil dólares 
y, aunque en los últimos tres años los precios han bajado ligeramente, éste es un auto altamente coleccionable 
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