La corta vida del Tucker 48

Después de la Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos buscó incentivar a los emprendedores para reactivar la economía nacional automotriz.

Esto, aunando a que desde 1941, las tres gigantes americanas automotrices (Ford, General Motors y Chrysler) no habían presentado novedades, fue la oportunidad que aprovechó Preston Tucker, amante de los autos y talentoso vendedor, para lanzar su compañía automotriz.

Así, Tucker se dispuso a buscar financiamiento para abrir su empresa, sueño que logró en 1946.

Tucker había trabajado con anterioridad en la industria, fue vendedor en Chrysler, Studebaker y Dodge, de manera ocasional en Ford y Cadillac y como diseñador presentó modificaciones en autos de competencia de Las 500 millas de Indianápolis.

El primer modelo de Tucker Corporation fue el Torpedo o Tucker 48 (por el año en que se lanzaría), un auto que incorporó innovaciones en cuanto a mecánica, diseño aerodinámico y seguridad, y que fue diseñado por Alex Tremulis.

Se presentó oficialmente a más de 3 mil concesionarios en junio de 1947 y se anunció como la búsqueda de competir contra las grandes automotrices americanas.

La idea del emprendedor es que fuera un auto con grandes prestaciones y gran espacio y comodidad en el que cupieran hasta seis jugadores de futbol americano, sin dejar de lado la potencia.

Era un auto de tracción trasera, con un motor de helicóptero Franklin (seis pistones opuestos) y una transmisión de cuatro velocidades de Cord. La potencia rondaba los 166 caballos.
 
El Tucker 48 tenía una suspensión independiente en las cuatro ruedas; una suspensión aislada con piezas plásticas en lugar de acero, dándole una marcha más confortable. 
 
Tucker también puso atención al tema de seguridad, mejorándola en 67 puntos; los movimientos de los ocupantes en casos de impacto fueron estudiados y el área de los pies era la más segura del coche. En la época se pensaba que los pasajeros delanteros podrían aventarse al piso para protegerse en caso de un choque.

También fue el primer auto en incorporar cinturones de seguridad, sin embargo, se le convenció a Preston que desistiera de la idea porque podría pensarse que no era un carro seguro.

Debido a retrasos en la producción, Tucker decidió recaudar más dinero para no tener contratiempos, así que puso a la venta accesorios que podían adornar al auto, por ejemplo: radios y fundas de asientos. Esto sin que el auto estuviera aún listo.

Lamentablemente, la Comisión de Bolsa y Valores (SEC) tomó esto como sospechas de engaño a los inversionistas, decidió investigarlo y congeló los activos de Tucker.

Al final, las sospechas de la SEC no prosperaron, pero el proceso erosionó lo suficiente para que Tucker y su planta, que ya tenía años sin operar no se volvieran a levantar. El lugar después fue aprovechado por Ford y hoy sirve para producir chocolates Tootsie Roll y albergar un centro comercial llamado Ford City Mall.

Debido a los problemas legales, sólo se alcanzaron a construir 51 ejemplares del Tucker 48, de los que aún sobreviven 47.

Francis Ford Coppola ayudó, en gran medida, a convertir a Tucker y su auto en leyendas. En su película Tucker, el hombre y su sueño, inmortaliza las actividades del emprendedor al crear el Torpedo y no afiliarse a ninguna empresa ya establecida para intentar juntar capital propio. Esto finalmente es lo que levanta las sospechas de la SEC, que queda la duda qué tanto fue por cabildeo de las grandes armadoras americanas.

Hoy en día, los precios de un Tucker Torpedo siguen creciendo com espuma. Un Tucker en perfectas condiciones recientemente sobrepasó los 2.6 millones de dólares y a principios de este año otro cambió de manos por 1.8.