Artífices de la arquitectura rusa
Artífices de la arquitectura rusa
El gran Palacio del Kremlin, residencia oficial del Presidente de Rusia, es la obra más reconocida de Konstantín Thon.
Quien fuera reconocido por enaltecer diversas construcciones de corte neobizantina, estilo propio de la Rusia Imperial hizo de iglesias y estaciones ferroviarias, principalmente edificadas en San Petersburgo, muestra de su trabajo.
El gran Palacio del Kremlin, residencia oficial del Presidente de Rusia, es la obra más reconocida de Konstantín Thon.
Quien fuera reconocido por enaltecer diversas construcciones de corte neobizantina, estilo propio de la Rusia Imperial hizo de iglesias y estaciones ferroviarias, principalmente edificadas en San Petersburgo, muestra de su trabajo.
El trabajo del arquitecto de ascendencia alemana es reconocido por haber dado a la Rusia Imperial construcciones de gran vigor neobizantino. A petición del zar Nicolás I, quien se convirtió en su benefactor, construyó algunas de las obras más trascendentales.
En San Petesburgo, entre 1835 y 1840, se construyó esta obra, emplazada en Tsárskoye Seló, el lugar que fuera la residencia de la familia imperial. Dada las dimensiones del proyecto, se convirtió en el primer encargo de gran envergadura.
A petición de Alejandro I, este templo ortodoxo se construyó para celebrar la victoria rusa en la invasión napoleónica de 1812. El proyecto, al que le dio seguimiento Nicolás I, tardó cerca de 40 años en estar listo; sin embargo, a la llegada de los soviets al poder, fue demolido por orden de Stalin. Con la caída del bloque socialista se mandó reedificar, y estuvo listo en el 2000.
Entre 1838 y 1850 se edificó lo que se convertiría en la residencia de los zares, y con el tiempo, el hogar del presidente de Rusia. A través de su arquitectura, el principal propósito era transmitir el poderío del zarismo. El lugar mide 125 metros de largo, consta de 700 habitaciones y es muestra fiel del neobizantino, barroco y clasicismo.
Grandes colecciones de joyas, trajes ceremoniales, armento, carruajes y huevos de Fabergué se encuentran resguardados en lo que se convirtió en el primer museo público de Moscú, construído por el artífice en 1850 con un inconfundible sello neoclásico.
Ubicada en San Petesburgo, ésta fue la primer estación de tren de la Rusia Imperial. El primer edificio fue hecho de madera, y más tarde Thon lo reestructuró con piedra, en dos niveles. El lugar, que anteriormente se conocía como Tsarskoselski ha tenido diversas modificaciones, la más importante, la de 1902, de la mano de Stanislav Brzhozovskiy, quien le dio un estilo art noveau.
En Yélets, en la región de Lipetsk, Konstantín Thon levantó el que sería uno de las construcciones más altos de la rusia prerrevolucionaria, con un altura, hasta la punta de la cruz principal, de más de 70 metros de alto. El templo tardó cerca de 50 años en estar listo.