Escaleras en el séptimo arte
Escaleras en el séptimo arte
Las escaleras, elemento fundamental dentro de la arquitectura, han sido retomadas por diversos directores de cine para transmitir emociones al público a través de su valor simbólico.
Éstas, frecuentemente se vuelven protagonistas de la cinta al evocar no sólo un cambio de posición, sino niveles de poder entre los personajes, o bien, relaciones más complejas entre ellos.
Las escaleras, elemento fundamental dentro de la arquitectura, han sido retomadas por diversos directores de cine para transmitir emociones al público a través de su valor simbólico.
Éstas, frecuentemente se vuelven protagonistas de la cinta al evocar no sólo un cambio de posición, sino niveles de poder entre los personajes, o bien, relaciones más complejas entre ellos.
Vértigo (1958)
Alfred Hitchcock empleó con maestría este elemento arquitectónico en distintas cintas y ésta no fue la excepción. En ella, las escaleras son empleadas para provocar una sensación de angustia en el protagonista, John 'Scottie' Ferguson, interpretado por James Stewart, mediante el uso de planos diferentes y un recorrido de la misma desde su parte superior.
Además, en el filme se emplearon locaciones con elementos arquitectónicos emblemáticos de San Francisco, como el Golden Gate.
El Resplandor (1980)
Las escaleras frecuentemente han sido empleadas en el cine para transmitir tensión y terror, en este caso, en la famosa secuencia en que Wendy (Shelley Duvall) es perseguida por su esposo, Jack Torrance (Jack Nicholson).
Asimismo,el filme retrata un determinismo generalizado que culmina en otro de los personajes principales de la cinta, en este caso, el hotel "Overlook", cuyo nombre apunta a una función manipuladora sobre los habitantes del mismo.
El Acorazado Potemkin (1925)
La escalinata pública de Odesa pasó a la fama mundial tras la escena de la masacre retratada por Eisenstein, en la cual los cosacos disparan contra la población.
Dicha escalera fue construida por el arquitecto Francesco Boffo entre 1837 y 1841, tiene una longitud de 142 metros y una altura de 27 metros.
Además, posee una forma especial de construcción que genera una ilusión óptica: si se mira desde la parte baja se ven solamente los escalones, mientras que si es vista desde la parte alta, se ven los descansillos, pero no los escalones.
Los Intocables (1987)
El director Brian de Palma decidió hacer un homenaje a Eisenstein en esta cinta al incluir una secuencia que retrata la caída de una carriola justo en medio de una persecución entre Eliot Ness y Al Capone.
La escena fue filmada en Chicago, en la Union Station, un edificio estilo beaux arts diseñado por el arquitecto Daniel Burnham. Éste cuenta con paredes de terracota de hasta 33 metros y pisos de mármol. También ha sido utilizado en películas como La boda de mi mejor amigo.
Inception (2010)
El universo onírico es abordado por Christopher Nolan en esta cinta de ciencia ficción, de ahí que explote en ella múltiples formas inimaginables.
Para ello, el director hace uso de elementos paradójicos dentro de la arquitectura, como ciclos, laberintos y escaleras imposibles que emergen del subconsciente de quienes sueñan.
El Desprecio (1963)
El amor y el rechazo también han sido representados mediante los movimientos de personajes en una escalera, es en este caso en un juego de persecución entre Brigitte Bardot y Michel Piccoli.
Esta película de Jean-Luc Goddard tuvo como locación la Casa Malaparte, una obra arquitectónica modernista de 1937 ubicada en una acantilado del Mediterráneo, en Capri, Italia. La escalinata, que conduce al solarium de la edificación, fue la inspiración del cartel realizado para Cannes 2016.
Labyrinth (1986)
En esta película de corte fantástico, el director Jim Henson se inspira en la obra de M.C. Escher y la creación de escaleras infinitas o imposibles para dar la estructura al laberinto donde el rey de los duendes, Jareth (David Bowie), tiene secuestrado al hermano de la protagonista, Sarah Williams (Jennifer Connelly).
Mind the Steps! (1989)
El pintor, grabador y diseñador gráfico húngaro István Orosz, conocido por sus trabajos inspirados en conceptos matemáticos, creó este corto animado para rendir tributo a M. C. Escher y su uso de la escalera de Penrose.
La historia retrata la vida en un apartamento de Budapest en los años 80 vista desde la perspectiva de un niño, en ella el creador hace uso de esta paradoja matemática para cuestionar el modelo político imperante de la época.
El Sirviente (1963)
Esta cinta de Joseph Losey retrata la relación entre un amo y su sirviente. En ella, las escaleras son el eje central de la vivienda donde transcurren los hechos, lo que da lugar a diferentes tomas en las cuales quedan manifiestas las relaciones de poder entre los personajes y, al mismo tiempo, cuestiones de tipo sexual abordadas de manera tangencial.