El Porsche 'maldito' de James Dean
El Porsche 'maldito' de James Dean
El vehículo en el que se mató el actor a los 24 años estuvo relacionado con más de un accidente, lo que contribuyó a que se le conociera con ese apodo.
El vehículo en el que se mató el actor a los 24 años estuvo relacionado con más de un accidente, lo que contribuyó a que se le conociera con ese apodo.

Si se trata de leyendas, el Porsche 550 Spyder tiene una de las más extrañas; específicamente el 550 Spyder propiedad de James Dean y en el que falleció en 1955.
El pequeño deportivo fue apodado “Little Bastard” (“pequeño bastardo”) por Dean. El 550 era un vehículo ligero y rápido; un auto de competencia básico, hecho sólo con lo necesario para ir rápido y nada más.
Dean era un entusiasta de los automóviles y el día de su accidente iba con su mecánico a las carreras en Salinas, California. El choque fue ocasionado por un estudiante en un Ford que se atravesó en una intersección. Sólo murió James Dean; el mecánico y el estudiante sobrevivieron. El actor tenía sólo 24 años.
El Porsche no tenía esperanza al chocar con un vehículo americano; la seguridad no era la parte fundamental del 550 y la ligereza no era opción en los Ford de la época. El auto del joven actor quedó destrozado, pero con algunas partes rescatables que aumentaron el legado de este Porsche como un auto maldito.
La desaparición
El auto fue comprado por George Barris y, tras el accidente, dos corredores utilizaron piezas del “Little Bastard” en una carrera durante octubre del siguiente año. Uno de los corredores que usó el transeje del “Little Bastard” chocó y murió; el otro, con el motor puesto en un Lotus, extrañamente se amarró, se descontroló y quedó gravemente herido. Dos neumáticos también fueron aprovechados; los dos fallaron, ocasionando un accidente más.
Lo extraño del 550 no se limitó sólo a las pistas. En algún momento, mientras el auto estaba resguardado en las bodegas de California Highway Patrol (CHP) el almacén se incendió.
Pero los incidentes no quedan ahí. En uno de los lugares en donde se exhibía, el auto cayó de su montaje quebrando la cadera de un niño.
La historia del 550 de Dean tiene un final también extraño: el auto desapareció junto con el vehículo que lo transportaba. Hoy no se sabe su paradero, pero considerando su trayectoria quizá esto sea algo bueno.