El infierno de ir a trabajar a Santa Fe
El infierno de ir a trabajar a Santa Fe
La vida es eso que pasa mientras intentas llegar a Santa Fe. Thalía perdió un novio porque nunca lo veía, Kattia lo sufre como una prueba de resistencia, Édgar se siente como en misión suicida y Tony de plano prefirió buscar otro empleo. Conoce el testimonio de profesionistas que diariamente invierten horas en llegar y salir de esta zona en el poniente capitalino, rica en corporativos pero pobre en vías de acceso.
La vida es eso que pasa mientras intentas llegar a Santa Fe. Thalía perdió un novio porque nunca lo veía, Kattia lo sufre como una prueba de resistencia, Édgar se siente como en misión suicida y Tony de plano prefirió buscar otro empleo. Conoce el testimonio de profesionistas que diariamente invierten horas en llegar y salir de esta zona en el poniente capitalino, rica en corporativos pero pobre en vías de acceso.

La vida es eso que pasa mientras intentas llegar a Santa Fe. Thalía perdió un novio porque nunca lo veía, Kattia lo sufre como una prueba de resistencia, Édgar se siente como en misión suicida y Tony de plano prefirió buscar otro empleo.
Conoce el testimonio de profesionistas que diariamente invierten horas en llegar y salir de 'Santa Fea', una zona rica en corporativos pero pobre en vías de acceso.
Tiempo perdido
Thalía De Anda, brand manager
Me quedé sin novio por estar en Santa Fe. Tres horas de ida y tres horas de regreso. Me dijo que iba a encontrar a alguien que sí tuviera tiempo para él. Ya sea que tengas coche o subas en Uber, puedes gastar como 70 mil u 80 mil al año, es una fortuna. Si viajas en camión, puedes gastar lo mismo ¡pero reponiendo los celulares que te roban!
Tony Reyes, mercadóloga
Recientemente dejé mi empleo en la zona de Santa Fe. Uno de los motivos: el tiempo invertido en ir y regresar. Mi trayecto diario era del Club América al 'Pantalón'. Mínimo hacía una hora, sin embargo, el promedio a la semana era una hora y media de ida y el mismo tiempo de regreso. Duré tres años yendo hasta allá; el primero iba y regresaba sola, gastaba un tanque de gasolina por semana y 450 pesos a la semana de Supervía. El segundo y tercer año hice 'ronda' con dos amigas, lo que significó un 50% de ahorro al mes; con eso logramos reducir nuestro gasto, estrés y mejorar, aunque fuera un poco, el impacto ambiental.
Pocas opciones
Enrique Pérez, diseñador
Detesto tener un horario tan Godín, las horas pico son la muerte. Mi trayecto es de una hora y media (si bien me va) promedio, desde la Colonia Narvarte. Y las opciones siguen siendo pocas. Salir de Tacubaya es peligroso pero creo que sigue siendo lo más cercano en transporte posible a este pueblo. La otra es subir a un RTP que toma Constituyentes, pero con un accidente mínimo, ya se hace un caos que Dios guarde la hora, y el de Reforma que viene de La Villa, tarda en pasar como si viniera de rodillas. Santa Fe ha sido y sigue siendo un acto de fe y heroísmo para quienes nos arriesgamos día a día a venir a este punto de la Ciudad de México, que no es el más fácil para trabajar ni transitar... ¡la jungla urbana de lujo!
Daniel Aviña, comunicólogo
Es abrumador, no hay suficiente transporte, no hay sitios para comer a precio accesible y, entre las calles empinadas y los edificios, uno parece tener todo en contra siempre en Santa Fe.
Trabajar, manejar y dormir
Kattia Hernández, productora
Es una prueba de resistencia. Uno puede estar 30 o 40 minutos en trayectos de 3 o 4 kilómetros en Santa Fe. Y cuando logras salir, el tránsito de la Ciudad está pesadísimo y me toma un promedio de 2 horas volver a casa. Lo peor son las pocas horas de sueño que significa evitar el tráfico: llego muy temprano a la oficina porque llegar a mi hora de entrada, las 9, significa ya estar dos horas en el tráfico.
Israel Jaime, marketing
De por sí hay tráfico y ahora con las obras del Tren se está poniendo cada vez peor. Yo en mi casa nomás duermo un rato, lo demás es transportarme a Santa Fe y trabajar. ¿Qué ciudad presume ser una capital social cuando tiene a 'Santa Fea' dentro de sus límites?
Elsy Galeana, programadora
Trabajar en Santa Fe es no tener vida, es dedicarle la vida a tu trabajo y no tener derecho a descansar, desde el momento en que buscas la forma de cómo transportarte y encontrar la ruta más adecuada para llegar a tiempo. Y toda la serie de circunstancias que llegan a intervenir para lograr llegar a tiempo, desde accidentes automovilísticos hasta el clima. Toda esta serie de inconvenientes para poder lograr un objetivo: y eso sólo es trabajar. Yo con cada neurona exprimida sólo pedía cama, y lo último a lo que recurría era el quedarme en un hostalito pinchurriento, pero cada que llegaba me comencé a sentir en "CASA" para dormir unas horas. NO vuelvo a trabajar en esa zona en mi vida.
Misión infernal
Rocío Díaz, ventas
La Supervía cambió mi vida, si bien es un gasto que hace que mi sueldo sea más bajo, termina siendo un mal necesario. Cuando crees que con esta maravillosa solución harás 15 minutos, te sientes con ánimo, pero la realidad es muy distante, aún pagando llegas a triplicar el tiempo a tu destino por los miles de Godínez que padecemos las pocas vías de acceso a Santa Fe. No me queda duda que la mala planeación y el exceso de trabajadores de la zona hace que trasladarse de ida y vuelta pueda ser un infierno.
Édgar Abrego, publicista
Yo voy de la Escandón a Santa Fe, a los últimos edificios en Salvador Agraz.
La verdad es que intentar llegar a las 9 a Santa Fe es una misión suicida, todo parece complicarse monumentalmente. El principal problema de Santa Fe es que sus vías de acceso son muy pocas, y por lo mismo se convierten en embudos: Vasco de Quiroga, Constituyentes, Prolongación Reforma, los que viene de la Supervía, Av. Carlos Echanove. También está el tema de la inseguridad a automovilistas, al estar prácticamente detenidos, es muy fácil que en Av. las Torres o en Constituyentes se den cristalazos, incluso frente a policías que prefieren ignorar lo que pasa.
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