¿Cómo lograr un departamento zen?

Incorpora materiales poco intervenidos por el hombre.

Mármoles, madera de bambú o encino y piedra volcánica son algunos ejemplos.

La materialidad debe ser lo más natural posible para proveer simpleza alrededor de la vivienda.

Los muebles se convierten en piezas esenciales para vestir el espacio.

Así como elementos modulares o sillones que se puedan conformar de distintas maneras, es decir que sean dinámicos. También, el aspecto juguetón marca la pauta, por ejemplo unos asientos con forma de piedras de río y, a la vez, decorativos.

Su elección y posición adecuada ayuda a la implementación de una armonía sensorial.

Un factor de suma importancia es la coherencia geométrica de los elementos y mobiliario, pues tienen que ser un todo.

A lo largo del sitio, cualquiera que entre o se quede tiene que sentir una experiencia armónica y sensorial.

El objetivo de este tipo de estética es que todos los sentidos estén involucrados, ya sea que provoque bienestar al tacto, vista, oído y olfato, por medio de olores, texturas y audio.

Al añadir esta característica se logra un balance entre lo construido y lo natural.

Lo imprescindible es darle vida a los espacios y que mejor que realizarlo con un producto vivo.

Opta por pequeñas macetas, plantas y flores alrededor del inmueble.

En este caso, la iluminación se convierte en un personaje en sí, pues forma parte del espacio.

Puedes integrar luces que se dimean para poder atenuar las diferentes zonas.

Así, un mismo punto podrá generar diversos ambientes con un aspecto agradable.