BMW Serie 8: el lujo que marcó los 90
BMW Serie 8: el lujo que marcó los 90
Tenía una silueta alargada, contaba con faros ocultos y era el auto con el que todo ejecutivo soñaba. El coupé Serie 8 vio la luz a finales de 1989, y, a lo largo de 10 años, se convirtió en el estándar de sofisticación y de alta tecnología.
Tenía una silueta alargada, contaba con faros ocultos y era el auto con el que todo ejecutivo soñaba. El coupé Serie 8 vio la luz a finales de 1989, y, a lo largo de 10 años, se convirtió en el estándar de sofisticación y de alta tecnología.
Diseño despampanante
En el Auto Show de Frankfurt de 1989, BMW mostró un diseño que, de inmediato, capturó todas las miradas. Tenía un frente largo, una parrilla delgada y faros ocultos con forma cuadrada. Había llegado al mundo el BMW más elegante de esa época: el Serie 8.
Bajo ese largo y delgado cofre estaba un motor motor muy poco utilizado por los vehículos alemanes: el codiciado V12 de 5.0 litros. Los cuatro cilindros adicionales a los de un V8 tradicional no sólo traían más potencia, sino más suavidad en el arranque. En aquellos lejanos años, un Mustang generaba poco más de 200 caballos; el coupé, por su parte, entregaba 300 que, combinados con un torque de 332 libras pie, le permitían ir de 0 a 100 en 6.8 segundos.
Con un arsenal de tecnología
Para llevar al mercado a su coupé, BMW había tomado 5 años para diseñarlo y gastado mil 500 millones de marcos alemanes, equivalentes a mil millones de dólares actuales. Y el resultado había sido un auto lleno de tecnología: Control de Tracción, un mecanismo eléctrico para acomodar el volante y sistema central para controlar los seguros de las puertas. En ese entonces, el auto parecía salido del futuro.
Y también se convirtió en el BMW más caro de ese entonces. Su precio rondaba los 100 mil dólares, una cifra digna de un superdeportivo.
La versión extrema que no llegó
La división de alto performance de la armadora alemana, BMW Motorsport, desarrolló un prototipo con motor V12 que entregaba 550 caballos de fuerza. Sin embargo, éste fue el único ejemplar, pues BMW nunca llegó a autorizar su producción.
Así era el Serie 8 Prototype...
Fue la empresa de personalización Alpina la que sí creó una versión más deportiva con un motor B12 que lograba poco más de 400 caballos de fuerza, además, contaba con rines y acabados exclusivos. Sólo se fabricaron 97 unidades.
El fin de una década
A lo largo de su existencia, BMW fabricó una versión de ocho cilindros y llegó a coquetear con la idea de un motor de seis. El Serie 8 vivió casi 10 años en el mercado y, finalmente, en 1999, fue sustituido por un convertible que también llegaría a ser reconocido como un clásico: el Z8.
Casi 30 años después, BMW presentó un nuevo Serie 8 con motor V8 biturbo y que todavía está por demostrar que es un digno sucesor del coupé de los 90.