#AutoLeyenda: el vocho de un psicópata
#AutoLeyenda: el vocho de un psicópata

El vocho, como le conocemos en México al Volkswagen Beetle, tiene una de las caras más amistosas jamás diseñadas. Es una imagen familiar y hasta cierto punto inofensiva; pero algunos modelos tienen una historia macabra.
Tal es el caso del auto que perteneció a Ted Bundy, uno de los asesinos seriales más desquiciados que haya existido. Un Beetle, modelo 1968, fue utilizado por Bundy como herramienta para cometer sus ataques.
Parte del modus operandi del asesino era aparecer en lugares públicos con muletas o con algún impedimento físico y solicitar la ayuda de mujeres jóvenes para llevar sus cosas al coche. Una vez apartadas, las sometía y metía al auto (incluso removió el asiento trasero para llevar a sus víctimas en el piso).
El aspecto refinado de Bundy y, seguramente la apariencia inocente del VW sedán, servían para no alarmar a sus víctimas. Durante su tiempo con este vehículo, Bundy incluso intentó huir de la policía al menos en una ocasión y fue detenido por evadir a la autoridad. Los 50 caballos de fuerza y la velocidad máxima de 130 kilómetros por hora del auto no le alcanzaron para escapar.
Bundy decidió vender su coche a un adolescente en 1975, cuando la policía ya sabía el modelo en el que viajaba el asesino al que buscaba. Sin embargo, mantuvo el aprecio por el Beetle: en Florida, donde fue arrestado, conducía otro, uno naranja, que había robado.
El asesino ya no pudo escapar y fue ejecutado en 1989 por haber asesinado a, por lo menos, 30 mujeres. Previamente, su Beetle 68 fue confiscado al comprador y en él los investigadores encontraron evidencia suficiente de los asesinatos. El auto está ahora en el Alcatraz East Crime Museum. Y, aunque seguramente pocos lo hacen, es un recordatorio que no podemos juzgar al dueño de un auto basándonos en lo jovial y amistoso que pueda ser su coche.