Aunque probablemente el auto más icónico de James Bond es su Aston Martin, no es el único que merece atención. De hecho, hay otros igual de impresionantes, como es el Lotus Esprit. Colin Chapman, fun...
Aunque probablemente el auto más icónico de James Bond es su Aston Martin, no es el único que merece atención. De hecho, hay otros igual de impresionantes, como es el Lotus Esprit. Colin Chapman, fun...

Aunque probablemente el auto más icónico de James Bond es su Aston Martin, no es el único que merece atención. De hecho, hay otros igual de impresionantes, como es el Lotus Esprit.
Colin Chapman, fundador de Lotus, tenía grandes expectativas del Esprit, pues este era el auto que regresaría a la empresa al mapa si el mundo lo volteaba a ver. Convencer a los productores de usarlo en la película requirió algo de ingenio: según se cuenta, Chapman estacionó el auto afuera de las oficinas del productor.
El diseño exterior, producto de la casa de Giorgetto Giugiaro, lucía como pocas otras opciones en el mercado. Un claro diseño de cuña híper moderno para la época en un vehículo compacto y de una marca inglesa. ¿Cómo podría James Bond no desearlo? Después de dejarse ver en la calle, el nuevo Lotus garantizó su lugar en "The Spy who Loved Me".
El rol del Lotus en la película fue espectacular. Al tratarse de un diseño del futuro, fue perfecto para dotarlo de capacidades dignas de un submarino.
En el set fue conocido como Wet Nellie. La construcción estuvo a cargo de Perry Oceanographic y para el submarino realmente sólo utilizaron el cascarón del Esprit. Se construyó en Florida y fue un Navy Seal el que estuvo a cargo de las pruebas del coche, no Roger Moore.
Se construyero siete u ocho autos, pero el modelo principal terminó olvidado en una bodega. Al terminar la renta y no renovar el contrato, la empresa propietaria de la bodega subastó el contenido a ciegas; es decir, sin mostrar o revisar lo que había en su interior. Así llegó a manos de algún afortunado que, en lugar de cajas viejas encontró el submarino de Bond.
Desde 1989 hasta el 2013 el auto se exhibió en diferentes partes. En el 2013, llegó a las manos de la casa de subasta RM. El comprador del auto fue Elon Musk. La idea de Musk era convertir al Esprit de Bond en un verdadero coche-submarino. Es decir, dotarlo de lo necesario para que pudiera operar tanto en la calle como en el agua.
Lamentablemente esta vez el sueño del fundador de Tesla fue demasiado.
Quizá el Lotus Esprit no tenga la clase del Aston Martin. Pero es un modelo moderno, tremendamente atractivo y una leyenda del cine.
Créditos:
Información: Alberto Bortoni
Edición: @AutomotrizGR