Aniversario Fundación México en Harvard
Aniversario Fundación México en Harvard
Seguros de que el gran diferenciador entre el desarrollo de las sociedades es y será la educación, empresarios como Antonio Madero, Alfredo Elías Ayub, Felipe Ortiz-Monasterio, Enrique Téllez, Rodrigo Sánchez Mejorada y René Solís se unieron para crear la Fundación México en Harvard (FMH).
Seguros de que el gran diferenciador entre el desarrollo de las sociedades es y será la educación, empresarios como Antonio Madero, Alfredo Elías Ayub, Felipe Ortiz-Monasterio, Enrique Téllez, Rodrigo Sánchez Mejorada y René Solís se unieron para crear la Fundación México en Harvard (FMH).

El deseo de ayudar a sus compatriotas para que sean personas plenas y líderes profesionales mediante la educación superior de calidad surgió en Antonio Madero durante su maestría en Harvard University.
“Estar allá me abrió el mundo; fue una experiencia completamente nueva, en la que aprendí a tratar a gente de otras naciones, tenía compañeros chinos, franceses, ingleses e italianos, de todas partes”.
En 1986, regresó a su alma máter para festejar el 25 aniversario de su graduación, pero se encontró con una situación peor a la anterior, pues en ese momento, ningún mexicano se encontraba estudiando.
Por ello, habló con el presidente de la Universidad, el abogado Derek Bok, para plantearle la creación de una asociación que becara a los interesados en realizar un posgrado, lo cual aprobó de inmediato.
“Me ofreció 2 millones de dólares si reunía la misma cantidad, entonces, me acerqué a un grupo de amigos y egresados, como Rodrigo Sánchez Mejorada, René Solís y Alfredo Elías Ayub, entre varios otros, y cada quien se fue a buscar gente y, en siete meses, lo logramos”.
Fue así que, en 1989, se constituyó legalmente la FMH para que un año después mandara a los primeros tres mexicanos a estudiar un posgrado.
Hace tres décadas, el empresario Alfredo Elías Ayub y un grupo de egresados de esta institución le apostaron a la educación de excelencia al comprometerse a que todos los mexicanos que fueran admitidos en una maestría en la Universidad de Harvard asistieran sin que el dinero fuera un impedimento.
Junto a Antonio Madero, Elías Ayub formó parte del equipo que sembró el sueño de crear esta asociación.
Se han beneficiado a jóvenes en maestrías de Salud Pública, posdoctorados en investigación en Ciencias de la Salud, Ingeniería, Arquitectura, Administración, Leyes, Teología, Educación y todos los ámbitos con los que cuenta la facultad”.
En esa época, el Gobierno mexicano ofrecía swaps, que son contratos en los que dos partes se ponen de acuerdo para intercambiar los beneficios de deudas educativas; en ese periodo, costaban 50 centavos y daban el doble cuando estos vencían, así fue como se reunieron 4 millones de dólares, los cuales integraron el patrimonio de la fundación.
Desde el origen de la Fundación México en Harvard en 1989, Felipe Ortiz-Monasterio, como miembro fundador, ha fomentado la educación de nacionales en este espacio académico.
“Empezó como un esfuerzo que iniciamos algunos graduados del Business School liderados por Antonio Madero, cuando Derek Bok comentó que la mitad de los mexicanos que eran aceptados en Harvard no asistían debido a falta de recursos económicos".
A lo largo de 30 años, han beneficiado a más de mil 200 profesionales, entre estudiantes, profesores visitantes y asistentes de investigación, en distintos sectores, siendo el de investigación el más importante con el 21 por ciento de los apoyos, durante la última década.
“El valor que aporta un científico o médico a México es muy importante y por ello invitamos al doctor Roberto Kretschmer a este proyecto, quien nos abrió las puertas a la comunidad científica y en su honor tenemos una beca”, platicó.
En promedio al año, entre 40 y 60 estudiantes acuden a Harvard a través de los fondos de esta fundación y los integrantes de la misma esperan aumentar dichas estadísticas.
Formar mexicanos profesionales de alta calidad es el pilar que el economista Enrique Téllez considera necesario para hacer crecer al País y, por ello, ser parte de la Fundación México en Harvard es un orgullo.
“En estos 30 años, hemos cumplido el cometido de la fundación que es asegurar que ningún mexicano se quede fuera de la institución educativa por falta de dinero y hemos apoyado a grandes músicos, empresarios y políticos”, comentó.
Para él, preparar un mayor número de estudiantes de alta calidad en el país es fundamental y destaca que quienes desean estudiar en esta institución de Massachusetts enfrentan un reto que obstaculiza las oportunidades que tienen y deben combatir.
La percepción de que sólo cierta élite tiene acceso a esta universidad es errónea porque quienes están dentro es porque tiene una capacidad académica extraordinaria y un apetito por pertenecer a las mejores mentes del mundo”.
Estudiar en Harvard lo describe como una gran experiencia y aconseja a las futuras generaciones seguir educándose y aspirar a lo mejor porque así es como uno se vuelve más capaz en todos los ámbitos de la vida.
Paradójicamente, humildad fue una de las virtudes que Rodrigo Sánchez Mejorada aprendió en la mejor universidad del mundo, considerada por diversos rankings y la más antigua de Estados Unidos.
“Generalmente, si uno es aceptado en Harvard es porque tuvo una carrera universitaria exitosa, con excelentes calificaciones e innumerables reconocimientos académicos, los cuales te hacen sentir volado; tal fue mi caso”, expresó el abogado.
Convencido que dicha experiencia tenía que ser vivida por más jóvenes mexicanos, se integró al proyecto y con sus conocimientos en leyes fue el responsable de la estructura legal de la Fundación.
La asociación civil sin fines de lucro cuenta con una asamblea de asociados, la cual es el órgano rector, sin que ninguno de sus miembros reciba un sueldo; por otra parte, desde 1989, el dinero se invirtió en la Harvard Management Company
“No queremos fuga de cerebros, el objetivo es que compartan sus conocimientos con la sociedad mexicana”.
La admisión a esta institución es responsabilidad del que aplica, mientras que la fundación solamente se encarga de becar o financiar, de acuerdo a su necesidad económica, a los aceptados, quienes tienen un periodo máximo de dos años para regresar a residir en la República por cinco años.
El docente aseguró que aunque la crisis mundial de 2008 afectó las funciones de la agrupación filantrópica, las cuales pudieron normalizarse, siempre los beneficiados tuvieron garantizado el apoyo; además, alentó a los interesados a invertir en su educación frente a los gastos materiales.
Como una competencia feroz contra uno mismo y los demás, es como René Solís describe su experiencia en la Escuela de Negocios de Harvard, lo cual, a su regreso, puso en práctica como docente de la Universidad Nacional Autónoma de México.
En 1959, a un año de su regreso de Estados Unidos, comenzó su trayectoria como docente de la entonces recién nombrada Facultad de Contaduría y Administración de la Máxima Casa de Estudios de México, en la asignatura de Mercadotecnia.
Con la ayuda de una organización civil que daba cursos de perfeccionamiento en Negocios, replicó el método de casos, el cual es un modo de enseñanza basado en el análisis y la discusión de problemáticas reales, muy popular en Harvard.
Con la ayuda de una organización civil que daba cursos de perfeccionamiento en Negocios, replicó el método de casos, el cual es un modo de enseñanza basado en el análisis y la discusión de problemáticas reales, muy popular en Harvard.
Finalmente, el cofundador y ex presidente de la Fundación México en Harvard reconoció la labor de la institución altruista, pues actualmente existen cerca de 100 mexicanos matriculados estudiando en esta escuela norteamericana, de los cuales, para el año académico 2019-2020, se está apoyando a 45 estudiantes con un monto de 823 mil 58 dólares.
Editor: Adriana Ramírez
Información de: Gera Mezher, Argelia Maupomé y Alejandra Velázquez Marañón
Fotos: Sergio Olvera, Humberto Pérez, Miguel Larrauri y Javier Márquez