5 ideas para visitar Morelos en familia

En el centro de la ciudad, la recomendación es participar en un recorrido guiado por el Museo Regional de Cuauhnáhuac, mejor conocido como el Palacio de Cortés. Se trata de una de las obras de arquitectura civil más antiguas de México y data de mediados del siglo 16. Dentro se cuenta la historia del estado desde sus primeros pobladores, hasta las festividades tradicionales contemporáneas, pasando por la llegada de los españoles a América y la lucha de Independencia.
Durante el fin de semana, la cacería de curiosidades está en el Callejón del Arte, que se instala en la calle Juan Ruiz de Alarcón. El mercadito se especializa en joyería, óleos, rebozos y antigüedades.
Para complementar, ¿qué tal un viaje dentro del viaje? La Zona Arqueológica de Xochicalco, Patrimonio de la Humanidad, está situada a unos 45 minutos de Cuernavaca.
Más información: www.cuernavaca.gob.mx/turismo

A su lago le dicen de cariño "Mar de Morelos". Es un destino muy popular para practicar deportes acuáticos cerca de la Ciudad de México. Entre los favoritos está el esquí acuático o wakeboard, pero también hay disponibles paseos en kayak, pesca deportiva o buceo.
Para aquellos miembros de la familia que sean más aventureros, la sugerencia es volar en ultraligero. La compañía Aerodynamic de México (www.ultraligeros-mexico.com) propone vuelos sobre el lago, la Zona Arqueológica de Xochicalco y Jardines de México. También se pueden contratar paseos en globo aerostático para sobrevolar el destino.
Por cierto, muy cerca de ahí, Jardines de México es el conjunto de jardines florales más grande del mundo. Tiene siete áreas temáticas, restaurante y galería de arte. El área ConSentidos, está especialmente diseñada para niños, allí se propician la diversión y el aprendizaje de la importancia de involucrarse en temas proecológicos.
Más información: www.visitmexico.com/es/deportes-extremos-en-Tequesquitengo

Sus balnearios de aguas termales, que presumen propiedades curativas, hacen de este destino una alternativa muy antojable para un fin de semana con el clan.
El más famoso de la zona es el balneario Agua Hedionda, cuyas aguas son ricas en minerales, entre ellos magnesio, manganeso, zinc, fósforo, azufre y sodio. Los baños aquí no sólo son muy relajantes, sino que se recomiendan para atender casos de artritis, enfermedades de la piel o problemas circulatorios. Tiene albercas privadas renovadas.
En el centro, un imperdible es la visita al Museo Vivencial 279, antigua estación del ferrocarril donde se conserva la locomotora que aparece retratada en los billetes de 100 pesos. La visita también puede tener una veta histórica, siguiendo los pasos de Emiliano Zapata, en el museo dedicado al caudillo.
Para rematar, prueben los tacos acorazados, emblema de la región, preparados con guisos y arroz. Se encuentran por las mañanas en los puestos callejeros.
Más información: balnearioaguahedionda.com/wp

Situado en las faldas del cerro del Tepozteco, este Pueblo Mágico tiene fama de místico, en parte, gracias a la diversidad de experiencias holísticas y terapias de bienestar que propone a los viajeros: masajes, reflexología, temascales, o sesiones de reiki, entre otras.
Lo más clásico es subir el cerro y visitar la Zona Arqueológica de Tepoztlán. El ascenso es demandante, por lo que hay que cuidar a los más pequeños.
En el pueblo sobra qué hacer. Dense una vuelta por el Templo y Ex Convento de la Natividad. Para aplacar el calor, hay que probar una nieve; las hay de más de 130 ingredientes. Una recomendación es la nieve de Chinelo, que combina fresa, plátano, manzana, yogur y miel.
Una vuelta por el tianguis artesanal es ideal para encontrar instrumentos prehispánicos, pinturas en papel amate, ropa de manta y hasta muebles de madera para llevar un pedacito de "Tepoz" a casa.
Más información: www.visitmexico.com/en/magicaltowns/center-region/tepoztlan

Este Pueblo Mágico despierta interés por sus tradiciones bien conservadas, entre ellas la del Carnaval. En esta fiesta previa a la Cuaresma bailan los "Chinelos", personas disfrazadas y con máscara, cuya costumbre se dice que nació como una burla hacia los españoles.
Aquí, en cualquier momento del año, lo imperdible es recorrer el Ex Convento de San Juan Bautista. Data del siglo 16 y es parte de la lista del Patrimonio Cultural de la UNESCO. En sus muros destaca el emblema de los agustinos, el corazón flechado. La parte más visitada es la de las momias, una pequeña habitación donde se encuentran cuerpos de niños y adultos preservados.
Quienes busquen relejarse pueden acudir a los temascales o sesiones de reflexología que se organizan en Casa Tonantzin (www.casatonantzin.com.mx/servicios), pero eso sí, nadie debería irse sin probar algo típico: mole de pepita verde, cecina y mixiotes de carnero.
Más información: www.visitmexico.com/es/pueblosmagicos/que-hacer-en-tlayacapan