Colza

9 de mayo de 1981. La neumonía atípica colapsa los hospitales. La falta de datos y las contradicciones en la información oficial desatan una psicosis colectiva. El primer fallecimiento se había producido el 1 de mayo. Se trataba de un niño de ocho años de Torrejón de Ardoz (Madrid), y en un primer momento se pensó que la causa de la muerte había sido una legionela. El aumento de casos llevó a pensar en una epidemia. El 12 de junio se supo finalmente cuál era la causa: el aceite adulterado. 
Bernardo Pérez

14 de octubre de 1981. Un tipo de aceite industrial extraído de la colza fue desviado para el consumo humano. La adulteración, llevada a cabo por varias empresas, se producía al añadir varios componentes durante el procesamiento del producto. Tras el proceso de refinado, era vendido de forma clandestina y sin ningún tipo de control puerta a puerta en toda España. Su bajo precio hizo que fuera consumido mayoritariamente por familias humildes.
Raúl Cancio

21 de octubre de 1983. Varios centenares de víctimas, muchas de ellas en sillas de ruedas y con visibles secuelas, y sus familiares se concentraron en Madrid para exigir al Gobierno una solución. Reclamaban que se agilizara el juicio y el pago de las indemnizaciones a los afectados.
Marisa Flórez

9 de octubre de 1985. Las personas afectadas por el fraude se manifestaron ante la sede del tribunbal para pedir el procesamiento de varios altos cargos de la Administración de UCD por la gestión de la crisis alimentaria.
Ricardo Gutiérrez

24 de marzo de 1987. Tres días antes del comienzo del juicio, un afectado muestra aceite vendido a granel, incumpliendo las normas de precintado y envasado, de la misma forma que se había hecho con el aceite adulterado, que afectó a más de 20.000 personas y causó 600 fallecimientos en 1981.
Bernardo Pérez

30 de marzo de 1987. El industrial Juan Miguel Bengoechea Calvo, el primero de los 28 acusados en declarar, llega a la Audiencia Nacional en medio de fuertes medidas de seguridad. El aceitero donostiarra importó 600.000 kilos de colza desnaturalizada desde Francia.
Luis Magán

30 de marzo de 1987. Primera sesión del juicio en la Audiencia Nacional. Cientos de afectados siguieron la vista en el auditorio de la Casa de Campo de Madrid, con los encausados protegidos por mamparas.
Luis Magán

20 de mayo de 1989. La sentencia es un duro golpe para los afectados. El tribunal que juzgó el caso estimó que ninguno de los acusados había cometido delito de homicidio, sino varios delitos contra la salud. Solo dos condenados ingresaban en prisión.
Marisa Flórez

20 de mayo de 1989. Tras conocerse la sentencia, los incidentes, que habían comenzado dentro de la sala, se trasladaron al exterior. El autobús que transportaba a los acusados fue apedreado y sus lunas acabaron rotas.
Ricardo Gutiérrez

24 de febrero de 1992. La asistencia de casi 2.000 afectados, algunos de ellos con visibles secuelas físicas, desbordó la capacidad del Tribunal Supremo en la vista de casación. Las víctimas ocuparon escaleras y pasillos.
Ricardo Gutiérrez

8 de octubre de 1992. Después de años de espera, las víctimas del fraude se plantaron ante la sede del PSOE para reclamar el cobro de las indemnizaciones fijadas por el Tribunal Supremo, que reconoció 330 muertos y 15.000 víctimas, un balance que se encontraba lejos de las cifras que los afectados manejaban.
Ricardo Gutiérrez

2 de octubre de 1997. El Tribunal Supremo anula una sentencia de la Audiencia Nacional de 1996, que rebajaba a la mitad las indemnizaciones, extendiendo el derecho a cobrar el 100% a todos los afectados, incluso a aquellos que no estaban representados en el juicio.
Luis Magán

13 de noviembre de 1998. Los últimos bidones de aceite de colza se enviaron a Francia para su destrucción. En España ninguna empresa de tratamiento de residuos quería hacerse cargo de su eliminación.
Ricardo Gutiérrez