¿Eres demasiado exigente contigo mismo?
¿Eres demasiado exigente contigo mismo?
Es normal que todos tengamos metas en la vida y que busquemos los medios para poder conseguirlas. Sin embargo, puede haber ocasiones en las que nos exijamos de más con tal de lograrlas o simplemente se queden en nuestros pensamientos.
Descubre en este test qué tan exigente eres y si es sano o no lo es
Es normal que todos tengamos metas en la vida y que busquemos los medios para poder conseguirlas. Sin embargo, puede haber ocasiones en las que nos exijamos de más con tal de lograrlas o simplemente se queden en nuestros pensamientos.
Descubre en este test qué tan exigente eres y si es sano o no lo es

Cuando estoy haciendo una tarea importante dejo de comer y dormir con tal de lograr la excelencia
Me considero una persona perfeccionista
Me gusta trabajar en equipo
Si cometo un error me la paso mal
Me gusta tener el control
Si me quedo sin comunicación (teléfono, computadora) me siento ansioso
Me considero una persona flexible
Me considero una persona muy detallista y minuciosa
Prefiero hacer las cosas yo mismo porque no confío en que los demás lo hagan bien
Reviso mis trabajos o tareas muchas veces
Súper autoexigente
Súper autoexigente
Eres una persona que se esfuerza constantemente para conseguir sus objetivos, sin embargo tu exigencia es excesiva. No te permites fallar lo cual provoca mucho nivel de ansiedad y estrés y eso no te deja disfrutar del proceso. Es importante que entiendas que la perfección no existe y que debes empezar a darle calidad a todos los aspectos de tu vida, incluida tu paz mental
Exigente normal
Exigente normal
Eres una persona disciplinada y constante, te gusta dar lo mejor que puedes a tus actividades, pero también eres consciente de tus propios procesos. Es importante que tengas cuidado y no empezar a exigirte de más. Sigue en el equilibrio en el que estás y pon atención a todas las decisiones que tomas.
Muy relax
Muy relax
Eres una persona flexible y entiendes que errar es humano. Sin embargo, ten cuidado, es importante que no descuides tus metas y objetivos. Empieza a equilibrar tus decisiones.