Test: ¿Qué tan exitoso eres en realidad?

Te encargas de todo, y lo que no sabes buscas aprenderlo.

Buscas a alguien que desarrolle tu idea mientras solo tú te encargas de subastarla.

Conoces muy bien tus debilidades y fortalezas, te enfocas en eso y delegas las que no son tu fuerte.

Estás tranquilo, sabes que haciendo un par de llamadas encontrarás algo mejor.

Conoces muy bien tus habilidades y estás muy seguro de que te lloverán nuevas propuestas.

Sabes que los contactos son la clave, por lo que te encargas de comentarle a la gente tu situación y cuáles son tus ideas.

¡Qué suerte que tiene! De igual modo lo felicitas.

Te da un poco de envidia porque sabes que su familia tiene contactos en el exterior.

Te alegras por él pues sabes que estuvo trabajando duro para tener una oportunidad así.

Te entusiasma tanto la idea que, aunque sabes que te costará mucho, no pierdes de vista tus metas.

Investigas al respecto y dado que requiere mucho esfuerzo y que es probable que no lo consigas pronto, desistes de la idea considerándote totalmente realista.

Al principio estás motivado, pero luego al conocer un poco más te das cuenta de que es difícil llevarlo a cabo y cambias de idea.

Has fallado tantas veces que desistes, ya que dudas que pueda funcionar.

Estás seguro de que los grandes tropiezos generan soluciones creativas.

Sabes que la mejor forma de aprender es cometiendo grandes errores, pero resolverlos es lo que lo convertirá en el mejor de todos.

Una guía, alguien que te inspire a seguir por ese camino.

A ese profesor que vio en ti el potencial que aún te cuesta encontrar.

A un terapeuta.