¿Qué procesión de Semana Santa eres?

Sientes que todo sería perfecto si no fuera por la presencia de un negro entre el público.

Le corto la cabeza a alguien.

Tienes la sensación de no estar preparado. Te pones a gritar pidiendo ayuda.

Nada me importa porque me quedan seis meses de vida.

Naciste preparado, es tu momento de brillar.

Es el momento de recorrer España y conocer la opinión de todos los españoles sobre la lluvia.

Eres alérgico al agua, necesitas nuestra Visa y nuestros billetitos morados para curarte.

Esto no te lo esperabas, sufres un ataque de pánico y tienen que venir a auxiliarte.

Estás convencido de que la culpa la tienen las personas de raza negra.

Le corto la cabeza a alguien.

Te lo haces encima, ¿total? Nadie se dará cuenta porque llevas el rostro cubierto.

Le corto la cabeza a alguien.

Vas al baño pero está ocupado por Susana Díaz y te toca esperar.

Sientes que el mundo se te viene encima. Pides ayuda como una nenaza y suplicas al primero que pasa que te lleve al baño más cercano.

Pides cinco mil euros para ir a un baño muy específico que hay Estados Unidos y que es el único en el que tú quizá podrías defecar.

Le cubres la cabeza con una sábana para que nadie lo reconozca.

¡Qué nervios! Notas como si tus fuerzas se desvaneciesen y suplicas que te echen una mano. La verdad es que eres un quejica, más pesado que el propio Cristo.

Una gestora viene y lo saca por ti.

Es el momento de romperle el bizcocho.

Le corto la cabeza.

Le pides tres mil euros.

¡Wow! ¡Es más guapo en persona que en la tele! Le suplicas que te eche una mano al ver sus fornidos brazos.

Puto inmigrante.

Le corto la cabeza.

Crees que él debería estar más impresionado por verte a ti que tú por verle a él.