¿Qué tipo de fanático de Bad Bunny?

Detestas a Bad Bunny con todas sus fuerzas, no solo porque crees que todo lo que canta es una porquería, sino porque lo consideras el artista más sobrevalorado de los últimos años… es más, ni artista lo consideras. Prefieres escuchar un álbum con los mejores hits de Pitbull que aguantar medio minuto de “Chambea”. Lo más que te molesta es que cuando miras tu cuenta de banco, recuerdas las sabias palabras del señor Bunny diciéndote “puedes ser millonario si te lo propones. ¡Yei-yei!

Eres una dama en tus treintitantos que aún jura ser cool. A pesar de que las patas de gallina ya muestran el paso del tiempo, insistes en querer ser jovial y alocada, e insistes ignorar el hecho de que con tres cervezas te invade el sueño. Defiendes con uñas y dientes a Bad Bunny en todas las redes sociales, y te da mucha rabia cada vez que un envidioso lo critica. Te gustaría tener sexo con él, pero sabes que esa posibilidad es bien lejana que al Conejo no le gusta la gallina vieja.

Tú no eres un fanático… tú eres EL FANÁTICO. Piensas que todo lo que Bad Bunny hace es genial, no toleras que lo critiquen, imitas el estilo de vestir del Conejo aunque no tengas su carisma, y hasta lo consideras “el Draco Rosa del trap”. Decidiste pintarte las uñas para llevar un mensaje de empoderamiento, aunque ni siquiera entiendes bien el concepto y básicamente no tienes criterio propio.  

A ti no te gusta na’ la música de Bad Bunny, pero dices que sí para montarte en la ola. Dices que “no te gustan todas sus canciones” para no verte muy lambón, pero la realidad es que si te dicen que cantes una canción completa, saldrías corriendo porque a duras penas solo te sabes uno que otro coro del Conejo. Sabes que esto será una fase efímera porque ya antes lo habías vivido con Lúgaro durante las elecciones del 2016.