Te explicamos la fórmula del éxito de 'Wonder Woman'

Wonder Woman es la película responsable de sacar de la zanja de los fracasos a DC Entertainment en su cruzada por mostrarnos su universo expandido. Si bien todas las esperanzas estaban puestas en el popular kriptoniano, las expectativas estuvieron muy por encima del resultado. Man of Steel (2013) que contaba con un pedigrí creativo prometedor, tropezó con varias piedras al inicio, igualmente DC no logró reivindicarse con Batman v Superman: Dawn of Justice  (2016). Ambas producciones fueron éxitos taquilleros, eso es indiscutible, pero según la crítica se quedaron a medio camino sin el encanto y la emoción que se esperaba; dos elementos que le sobra a Wonder Woman, y que al parecer nadie esperaba, aunque las probabilidades estaban allí…

El emporio DC es conocido por albergar nada más y nada menos que a Superman, Batman y Wonder Woman; los superhéroes más queridos de la historia. Los dos primeros han gozado de la bendición de la audiencia y la crítica en largometrajes como Superman (1978); Batman (1989) y Batman Returns (1990); el primero dirigido por Richard Donner, los siguientes por Tim Burton. Wonder Woman obtuvo un sólido éxito en la serie de televisión de los 70, no llegó a la gran pantalla; sin embargo, desde su primera aparición en los cómics en el año 1941, su carisma perduró gracias a la gran labor de sus escritores por construir su mito. 

La representación de La Mujer Maravilla, como una figura que lucha por la justicia, el amor, la paz y la igualdad sexual la transformaron en un ícono feminista instantáneo, características que la hicieron destacar del resto de las heroínas de ficción en un momento histórico por visibilizar a la mujer en espacios que estaban ocupados por hombres. Wonder Woman era pacifista, sensible y compasiva, siendo este último tanto su fuerza como su debilidad.

Puedes ver el tráiler de Wonder Woman a continuación.

Wonder Woman fue dirigida por una mujer

Todos los que vimos Batman v Superman recordamos el debut de Wonder Woman en el cine, quizás una aparición algo forzada, pero que significó un brillo de esperanza en los intentos de DC por unir a sus personajes. El inmenso carisma y presencia de Gal Gadot como La Mujer Maravilla es comparable al aura de Christopher Reeve en Superman, cualidades innatas de Gadot que encajan con los rasgos más representativos de la popular guerrera de las viñetas. 

La directora Patty Jenkins tenía muy claro su enfoque para construir un personaje creíble y con un encanto como pocos personajes de ficción; pues si Wonder Woman era capaz de partirte en dos de un solo golpe; el choque cultural de la heroína con nuestro mundo -una poderosa guerrera amazona de la isla Themyscira- pone a prueba su determinación en una lucha que surge en el plano moral. Al ser una mujer de fuertes convicciones aislada de la toxicidad y corrupción de nuestro mundo, irrumpe en el contexto de la Primera Guerra Mundial (a diferencia del cómic y la serie de TV que está en la 2da Guerra) con una encantadora ingenuidad para ayudar a la Humanidad, un hecho que contrasta con su gran sabiduría y su fuerte espíritu en una dinámica que se va desarrollando en toda la película y que sencillamente es irresistible.

De forma magistral, Jenkins logra matizar la lucha de la mujer en su empoderamiento en espacios que abarcan desde lo macro hasta lo micro. No se cae en clichés, misandría o manifiestos aburridos. Por ejemplo, se cuestiona la postura que la guerra solo es para los hombres y que la mujer no tiene cabida en ella. Incluso, las decisiones de Diana Prince son tomadas con condescendencia demostrando las injusticias inherentes a la desigualdad.

En un plano más sutil, pero no carente de peso se aborda también el sexismo impuesto por el patriarcado, exponiendo los códigos del vestuario, las convenciones sociales o la sobreprotección de la que muchas veces sufren las mujeres, siendo un elemento clave la falta de fe en una mujer evidentemente extraordinaria; hechos que se repiten todo el tiempo en la vida real y que son fáciles de identificar por todos. En definitiva, debemos mencionar que la propuesta llega en un momento histórico complicado, donde el mundo enfrenta nuevas amenazas de guerra y terrorismo, una obra que carga con un claro y oportuno mensaje de tolerancia.

Estos conflictos son los que se abordan en Wonder Woman a través de su origen expuesto desde un cómic que tiene exactamente 76 años, demostrando la vigencia de estos temas, con muchos avances significativos sí... pero aún con mucho por hacer. Todos nos sentiremos identificados con esta superheroína, suficiente para que el punto débil de la película marcado por unos villanos sin demasiada trascendencia no terminen por desvirtuar todo el esfuerzo. Mención especial al entrañable grupo de amigos que se consolida alrededor de Wonder Woman y a su efectivo soundtrack.

Más allá que Gal Gadot ahora sea el crush de muchos mortales; la película goza de grandes locaciones naturales otorgando vida en cada una de sus escenas. La isla de las amazonas es hermosa por los cuatro costados, devolviendo al cine de aventuras esos escenarios verdaderos que se habían perdido entre lo omnipresente de la pantalla verde. Aquí el uso de gráficos generados por computadora están hechos a la medida, regalándonos un mundo digno al mejor estilo de Game of Thrones. 

Las peleas esgrimen la esencia femenina, siendo fluidas y artísticas, recordándonos las mejores secuencias de acción de El tigre y el dragón (2000). Wonder Woman se mueve de forma excepcional en sus peleas, dándonos al fin una bocanada de aire fresco en este tipo de películas. Se ven épicas y sublimes; y es poesía ver a Diana usar el Lazo de la Verdad y parando proyectiles... Por su parte, el nuevo vestuario de Wonder Woman es una reminiscencia del clásico atuendo de los cómics, y significó un paso adelante no poner reparo a mostrar sus piernas. Una mujer, puede ser poderosa, buena, inteligente, y sexy... ¿Por qué no?

No existe un mejor escenario que las miserias de la guerra para mostrar las virtudes de este personaje, cuando la compasión y el amor incondicional sin discriminación son sus estandartes. El clímax de la película se alcanza cuando en un escenario donde no quedaban esperanzas, Diana Prince decide cumplir con su deber en una secuencia que cala hondo, incluso en el espectador más experimentado. Ese momento está cargado de un simbolismo que culmina en una bella poesía visual tan poderosa como inspiradora, un triunfo de la voluntad sobre las circunstancias y una metáfora a las batallas de la mujer universal, también un guiño a los 10 años de perseverancia de Patty Jenkins para lograr hacer realidad su sueño.

Aunque hubo algunos intentos por revivir a la heroína en una película de acción real, esta cayó casi en el olvido después de varios fracasos dedicados a Clark Kent y Bruce Wayne. Fue evidente la obsesión por sacarle el jugo a estos dos; ¿el resultado? Lo peor en producciones cinematográficas dedicadas a los superhéroes, Superman III (1983) y IV (1987) jamás se elevaron, ni con el carisma de Christopher Reeve; Superman Returns (2006) tuvo tibias reacciones, más por nostalgia que por calidad. Batman Forever (1995); Batman & Robin (1997) fueron fracasos con todas las letras, hasta el punto de ser ridiculizado el género. 

Christopher Nolan, decidió sacar de la vergüenza al murciélago, con Batman Begins (2005), una obra que se alejó un poco de la esencia del cómic original. El desarrollo de este Batman se completó en una trilogía trayendo de nuevo las esperanzas a DC por hacerle frente a la maquinaria de Marvel, que al parecer estaba en su mejor momento. Lamentablemente todo lo que vino después en el estudio tuvo suaves acogidas, hasta Linterna Verde (2011) o más recientemente Suicide Squad (2016), que terminaron mal paradas ante la crítica... Obviamente el panorama que pintaba la Liga de la Justicia era desalentador… En este sentido, Wonder Woman le da un nuevo respiro a DC, con esa simpatía que nos cautivó en Superman (1978) de Richard Donner.

Por Ed Vera | @vid1ka | Culturizando
Con información de: dccomics | wonderwomanfilm