Top de las mejores películas de michael Haneke

Por ser un ejemplo de cómo narrar a partir de la deconstrucción, por su estudio sobre el azar y el destino; por adentrarse en los orígenes sociales de la violencia y por desenmascarar, más que denunciar, la deshumanización de los medios de comunicación.

Por ser un rompecabezas provocador, por retratar la soledad de la sociedad europea y dejar abierta la pregunta de si no nos comunicamos porque no nos entendemos o porque, sencillamente, no tenemos nada que decir.

Por su parecido a ‘Ensayo sobre la ceguera’, por analizar la naturaleza del mal en medio de un apocalipsis silencioso. Por llevarnos a una situación extrema y demostrar lo falso que es el establecimiento cuando la supervivencia es lo único que importa.

Por la aparente inocencia del personaje; por hacer de la crueldad algo natural y, aparentemente, inherente a la conducta humana. Por sus múltiples análisis en torno a la teoría de la comunicación y, también, por su despiadada crítica a la mal llamada cultura de masas.

Por los riesgos que asume: a Haneke lo han criticado por ‘burlarse del espectador’ y acá lo hace de manera explícita. Te incomoda y te hace sentir culpable. El voyeurismo, principalmente cuando es la tragedia ajena, parece ser un componente adictivo para todos los humanos.

Porque, así esto sea el causante del odio de muchos, manipula al espectador desde el propio lenguaje cinematográfico; porque desnuda, de nuevo, a una sociedad incapaz de reconocer la culpa; por sus juegos de representación entre la distancia que hay entre el espectador y los personajes. Por ser metaficción pura.

Por ser una ópera prima llena de riesgos existenciales: Haneke proclama la autodestrucción de la familia y la desintegración del materialismo como medio de felicidad. Quizás su película más pesimista, de esas historias que dejan un vacío asfixiante en el espectador por mucho tiempo.

Por ser una lección artística en todos los focos, una obra maestra del cine con una locación y dos personajes. Por ser una historia dura, real y dolorosa llena de reflexiones sobre el amor, la vejez y la muerte.

Por llevar al extremo las implicaciones del control sexual y emocional; por ser un viaje por las represiones y las pasiones alienadas más inherentes del ser humano; también, por ser -hasta que salió Elle de Verhoeven- la mejor actuación de Huppert en su carrera.

Porque es la mejor película del siglo XXI; porque es un relato brutal y sumamente riesgoso, es un ensayo universal de la conducta humana. ¿Cómo se originó el fascismo? Haneke plantea unos durísimos -sí, durísimos -planteamientos acerca de la naturaleza del mal.