¿Cuál de las esposas desesperadas eres?

Algo con clase. El exhibicionismo me parece vulgar.

Algo casual que me haga sentir cómoda.

Con lo que traiga puesto.

Lo provocativo es lo mío.

Me los llevo a la tumba.

El único secreto que guardo es el de la letra de la canción con ese nombre de Joan Sebastian.

Intento, pero siempre suelto la sopa.

No me gusta que me cuenten secretos.

El amor romántico es un invento para manipular a las mujeres.

Quisiera, pero me han roto el corazón más de las veces que he roto la pantalla de mi celular.

¡Claro! El amor lo es todo.

Si me das regalos caros, puedo creer hasta en los aliens, si quieres.

Los evito porque me parecen de mal gusto.

Prefiero no involucrarme demasiado en esas cosas.

Siempre y cuando sean sobre tonterías, me divierten.

La verdad, me dan vida.

¡Nunca jamás!

Ay bueno, es que la monogamia es tan aburrida...

¿De dónde sacan tiempo para tener ese tipo de aventuras?

Prefiero no responder a esto.

Soy un libro abierto, realmente no tengo grandes secretos.

¿QUÉ ES LO QUE SABES? ¡¡NO TIENES PRUEBAS!!

No me gustaría, pero lo superaría con el tiempo.

Me da lo mismo. Todos tienen colas que les pisen.

Me encanta dedicarle tiempo a mi casa. Lo encuentro terapéutico.

¿Labores del hogar? No me suena conocido.

A veces siento que soy una esclava con escoba.

Lo normal.

Lo intento, pero no siempre logro ser un ejemplo de orden.

Mi torpeza y despistes no me dejan tener una vida muy en paz.

Soy muy perfeccionista así que tengo todo bajo control.

¿Para qué molestarse en el órden? Hay que divertirse.

Me encanta lo que hago, aunque a veces quisiera tener más tiempo para mí.

No descansaré hasta llegar a la cima de un corporativo importante.

No es envidiable, pero paga mis cuentas.

Soy profesional en verme bien y salir de compras, ¿te sirve?

Soy demasiado bonita para tomar en cuenta lo que me digan otros.

Lo dejo pasar. Hay que tomar las cosas de quien vengan.

No descanso hasta ver destruido al marginal que logró molestarme.