El descuartizador que anunció sus crímenes en una novela

Es una historia digna del terror y la ciencia ficción. La policía sueca abatió a Pierre Danilo Larancuent, después de que el hombre asesinara a puñaladas a un agente policial y descuartizara a un peluquero. Lo curioso del caso, es que ambos asesinatos ocurrieron tal cual los había descripto en una novela que escribió durante su estancia en la cárcel, a donde ingresó por narcotráfico, en coautoría con Ricard Nilsson, preso por tres asesinatos.

Nilsson adjudica los crímenes cometidos por su compañero al trastorno bipolar que, según él, padecía.

Los hechos se precipitaron después de que la policía hallara una valija, dentro de un contenedor, que contenía un torso humano. Siguiendo el rastro de la sangre, la policía llegó hasta el departamento de Larancuent. Cuando los agentes quisieron identificarlo, el hombre se lanzó sobre el subinspector de la Policía Nacional Blas Gámez y lo apuñaló en el corazón. Casi al mismo tiempo, otro policía batió al asesino de un solo disparo.

Larancuent había ingresado a prisión por el delito de narcotráfico, como líder de una banda que comercializaba éxtasis en los Estados Unidos. Allí conoció a Nilsson, que cumple condena perpetua por tres homicidios y ambos resultaron unidos por su amor a la literatura. Hacia 2012, publicaron ‘Hombres sin piedad’, una novela que escribieron juntos y que tuvo buen recibimiento entre el público. Un año más tarde, publicaron un segundo libro, titulado ‘Con la muerte como sombra’, cuyas páginas describen asesinatos similares a los que finalmente cometió Larancuent.

La novela describe una serie de asesinatos emparentados por un mismo modus operandi: todas las víctimas mueren con el corazón atravesado por un arma blanca, tal cual sucedió con las personas a las que Larancuent asesinó. En el caso de una de ellas, el peluquero Albert F, además destrozó su cuerpo para poder ocultarlo. Mientras tanto, la policía intenta dilucidar por qué no concluyó su trabajo y abandonó el torso de su víctima en plena calle, a la luz del día.

Ralph Ekman, el abogado que lo defendió en el juicio por narcotráfico, se mostró sorprendido.

Algo parecido opinó su editor, Tomas Lindelöw, quien estimaba que, tras cumplir su condena, a Larancuent le esperaba una exitosa carrera.

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Fuente: http://www.elcomercio.es
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