Adolescentes y el delito

"Cenvicruz es una esperanza, una opción de vida futura para esos jóvenes que se equivocaron y que antes estaban mezclados en Palmasola, donde su futuro era incierto. Esto es algo muy nuevo y tiene mucho futuro, siempre y cuando se tenga el apoyo de las instancias que se involucran en este tema", decía Enrique Bruno, secretario de Defensa de la Gobernación cruceña, al momento de hacer su evaluación sobre la gestión 2016.

Roberto Sandóval, director de Cenvicruz, brindó la estadística de que menos del 10% de los 837 adolescentes que pasaron por el régimen de reinserción (2010-2017) han reincidido en el delito. Afirma que la terapia y educación que reciben los menores infractores ayudan a fortalecer este dato.

Edgar Cuéllar, de Políticas Sociales de la Gobernación, informó que al año se necesitan unos 26 millones de bolivianos para medio centenar de centros de acogida con cientos de niños y adolescentes en riesgo social, que no se atiende hasta que cambian su desprotección por algún delito.

Una vez resuelta la decisión de un juez de remitir a los menores infractores (generalmente detenidos preventivos) a un centro de rehabilitación, primero son evaluados por sicólogos, se les asigna una rutina y una terapia.

Una vez reciben sentencia, cada adolescente debe cumplir metas, mostrar mejoras de conducta. Dependiendo de los resultados, la sentencia se revisará. Mientras permanecen en el centro aprenden oficios que les ayudarán una vez sean liberados.

En todos los centros, la rutina es casi misma: levantarse cada día a las 6:00, luego, los internos deben estar duchados y con su habitación arreglada hasta las 7:00. Harán media hora de ejercicio, siempre bajo supervisión. se desayuna entre 8:00 y 8:30 y luego asistarán a clases en aulas hasta el mediodía. A las 12:00 prepararan su almuerzo para después descansar hasta las 14:00. Pasada esta hora se hace un taller técnico en manualidades, cocina o arreglos de belleza. Hasta las 19:00, se volverá a hacer ejercicios para luego preparar la cena y comer y a las 22:00 deben estar acostados para dormir. Todo con una guía. 

Cada año, la Gobernación destina 12 millones de bolivianos para utilizar en la en la manutención, asistencia sicológica y siquiátrica, servicios educativos y alimentación de los internos de los cuatro centros de Cenvicruz: el de El Torno, en Espejos, que tiene a 141 internos varones, recibe a los de 16 y 17 años; Fortaleza, que funciona en la Virgen de Luján y sexto anillo y que tiene 39 internos, desde 14 años para arriba; el Centro de Orientación, donde no hay privación de libertad pero sí medidas educativas y asisten a diario 180 adolescentes; y Cenvicruz Mujeres.

Édgar Cuéllar, responsable del Proyecto Integral de Niños en Situación de Calle, de la Gobernación, lo corrobora y de hecho señala que hay 500 niños y adolescentes con algún grado de riesgo social (sea por abandono parcial o problemas familiares) y hay unos 200 más en grave riesgo social (que han roto con sus familias y viven en la calle).