Un Lamborghini en manos de Miles Davis

Miles Davis era conocido como un gran músico pero también era un gran entusiasta de los autos. Y de los rápidos. Porque, en su colección, contaba con un Lamborghini Miura.

El legendario Miura fue un parteaguas e, incluso, es considerado el primer superdeportivo. Su diseño estuvo a cargo de Marcello Gandini y era simplemente espectacular. Las líneas fluidas y curvas hacían de él un coche sexy. En tanto que la configuración de motor central junto y un potente V12 lo hacían un auto de carreras que se podía usar en las calles.

El de Davis era de un llamativo color verde. Le gustaba conducirlo rápido, y, según la historia, no necesariamente en perfectas condiciones para hacerlo.

En octubre de 1972, Miles Davis conducía su coche a toda velocidad por Nueva York, hasta que, al intentar dar una vuelta a toda velocidad pierde el control y se estampa contra un muro de concreto. 

El director y también entusiasta de los autos, James Glickenhaus, atestiguó el accidente e intentó ayudar. Al acercarse al coche, notó que Davis tenía fracturas expuestas en las piernas, sin embargo, éste, al ver a Glickenhaus sólo alcanzó a preguntar por las condiciones de su coche, del cual, por cierto, no quedaba mucho.

Glickenhaus asistió a Davis aplicando un torniquete y deteniendo el sangrado. 
Pero su ayuda no se limitó a eso. Del lado del pasajero, encontró un par de bolsas con un polvo blanco, sin duda ilegal y cuya influencia seguramente tuvo que ver con el accidente. 

Glickenhaus tomó las dos bolsas y las echó al drenaje neoyorquino, no sin la protesta del jazzista. Después limpió el asiento lo mejor que pudo con el agua de la lluvia.

Para cuando llegaron las autoridades, pidieron al director que se retirara del lugar. 
Años más tarde, cuando Glickenhaus dirigía una película, le comentó lo ocurrido a un amigo de Davis, quien a su vez le preguntó al músico sobre el hecho.

La respuesta de Miles Davis fue “siempre había querido saber quién era ése ca&#@”.