Las mejores ciudades para vivir

Mozart, Beethoven y Mahler son parte de la herencia musical vienesa. Es imperdible un concierto en Musikverein y visitar algún histórico café: su cultura forma parte de la Lista Nacional del Patrimonio Cultural Intangible de la UNESCO.

Marc Chagall y Augusto Giacometti diseñaron algunos de los vitrales de la iglesia de la Abadía de Fraumünster, uno de los puntos más fotografiados de este destino, la cual data del siglo 13.

En el país donde nació el bungy hay que atreverse a saltar: en este destino, SkyJump presume de ser una versión más gentil de la atracción (no se queda de cabeza), pero la plataforma está a 192 metros sobre el suelo.

Residenzmuseum, la antigua casa de la familia Wittelsbach de Baviera, es ahora el museo más famoso de la ciudad. Después del verano, todos quieren ir al Oktoberfest; este año será entre el 16 de septiembre y el 3 de octubre.

Recorrer el Puente colgante de Capilano, por encima de las copas de los árboles, es una experiencia que atrae a los visitantes desde finales del siglo 19. Actualmente tiene 137 metros de largo; está a unos 30 minutos del centro de la ciudad.

Para tener una vista de altura de esta ciudad hay que ir a la plataforma de observación de la torre Rheinturm, a 168 metros de altura. Está situada a orillas del río Rin. En el área hay café y restaurantes.

La catedral Kaiserdom, cuya construcción data del siglo 13 tiene una torre de estilo gótico de 95 metros, por la cual se puede subir. Entre sus museos destaca el Städel, con obras de Rubens, Renoir y Picasso.

En el casco antiguo de la ciudad está la casa del filósofo Jean-Jacques Rousseau y la Catedral de Ginebra. A las afueras se localiza el CERN, famoso laboratorio de investigación física de partículas, abierto a los visitantes.

Más allá de los Jardines de Tívoli, el parque de diversiones que data de mediados del siglo 19, se puede conocer Christiania, una comunidad pro ecológica y muy tolerante, con sus propias reglas, dentro de la ciudad.

Entre sus propuestas de arte y diseño está el Vitra Design Museum, cuyo edificio fue proyectado por el arquitecto Frank Gehry. En el caso antiguo destaca la fachada en rojo del Rathaus, que data del siglo 16.

Su máximo ícono es la Ópera de Sídney, diseñada por el arquitecto Jørn Utzon. Otros sitios imperdibles son el Observatorio de Sídney donde después de ver los antiguos aparatos astronómicos es posible hacer un picnic en el área.