Dejar de fumar en 10 reconfortantes datos

Tu aliento, ropa y cabello olerán mejor. Tu sentido del olfato retornará y los alimentos sabrán mejor. Tus dedos y uñas de las manos lentamente perderán el color amarillo. Tus dientes manchados lentamente se pueden volver más blancos.

La presión arterial y el ritmo del pulso bajan a la normalidad y la temperatura corporal de las manos y pies se incrementan al nivel normal.

Los niveles de monóxido de carbono en la sangre bajan y el nivel de oxígeno en la sangre se incrementa a niveles normales.

El riesgo de un ataque cardíaco súbito disminuye.

Las terminaciones nerviosas comienzan a regenerarse y los sentidos del olfato y el gusto se comienzan a normalizar.

Mejora la circulación y se hace más fácil caminar. Los pulmones trabajan mejor y las heridas sanan más rápidamente.

Tienes más energía. Los síntomas relacionados con el tabaquismo tales como tos, congestión nasal, fatiga, y dificultad respiratoria mejoran. Tendrás menos enfermedades, resfriados y ataques de asma. Gradualmente ya no volverás a tener dificultad para respirar con las actividades diarias.

El riesgo de cardiopatía coronaria es la mitad que el de alguien que aún consume tabaco.

La tasa de muerte por cáncer de pulmón disminuye casi en un 50% comparada con la de fumadores de 1 paquete al día; el riesgo de cáncer de la boca es la mitad que el de un consumidor de tabaco.

Los riesgos de cáncer disminuyen. El riesgo de accidente cerebrovascular y cáncer pulmonar ahora son similares a los de alguien que nunca ha fumado.