Game Night (2018)

John Francis Daley y Jonathan Goldstein, los directores responsables del remake de Vacation (el cual casi todo el mundo odió, pero que yo defiendo), nos presentan ahora una divertida comedia de enredos llamada Game Night.

En esta película, Jason Bateman y Rachel McAdams interpretan a Max y Annie, una pareja de esposos adictos al juego. Pero aquí no estamos hablando de apuestas y casinos. Max y Annie son adictos a los juegos de mesa tipo Risk, Monopolio, Yenga o Charadas. Tampoco son de esa clase de parejas que compite el uno con el otro: Max y Annie comparten su amor por el juego de manera colaborativa y adoran reunirse cada vez que pueden con sus amigos, para pasar las noches jugando.

Los amigos incluyen a Ryan (Billy Magnussen) un hombre tan apuesto como tonto, quien después de salir con modelos tan tontas como él, decide salir con Sarah, una compañera de oficina inteligente y madura procedente de Irlanda (Sharon Horgan); Kevin y Michelle (Lamorne Morris y Kylie Bunburry) es otra pareja de casados que entra en crisis cuando por accidente se revela que ella tuvo sexo con una celebridad; y Gary (Jesse Plemons), un policía divorciado vecino de Max y Annie, quien no ha podido olvidar a su esposa y que vive solo con su perrito, pero con una personalidad tan aburrida que es causante de rechazo.

Las cosas se complican cuando aparece Brooks (Kyle Chandler), el hermano mayor de Max, mucho más exitoso que él, quien les propone jugar a algo mucho más intenso y misterioso, que involucra a actores y a resolver un misterioso crimen. Cuando el juego se confunde con un crimen real, es cuando la cinta comienza a mezclar el humor con suspenso y acción.

La química entre Bateman y McAdams es maravillosa, los secundarios lo hacen muy bien (especialmente Plemons) y los villanos (que incluyen a los actores Danny Huston y Michael C. Hall) están de lujo. A Game Night no hay que pedirle profundidad puesto que es lo que es: una comedia ligera. Funciona mejor cuando nos acerca a sus personajes y menos cuando recurre a los lugares comunes, pero es una grata sorpresa para aquellos que quieran ir a reír y divertirse en la sala de cine.