Carl Peter Fabergé fue un orfebre quien gracias a la inmensa belleza y a la cuidadosa atención al detalle de las creaciones producidas por su compañía de artesanos, llamó la atención de la monarquía en la Rusia prerrevolucionaria, convirtiéndose así en su joyero oficial.
En 1885, el zar Alejandro III le encargó a Fabergé un regalo para la zarina María. Dicho regalo convirtió a Fabergé en un personaje legendario: un huevo fabricado con platino y que contenía en su interior otro huevo de oro, en cuyo interior se encontraba una gallina en miniatura. Este primer regalo marca el origen de los famosos "huevos Fabergé" (los cuales se popularizaron gracias a la película de James Bond Octopussy). Fabergé alcanzó a confeccionar sesenta y nueve huevos entre 1885 y 1917 y actualmente son considerados obras maestras de la joyería. Siete de ellos se encuentran desaparecidos.
El documental de Patrick Mark cuenta sobre la vida de este personaje y además brinda información sobre su trabajo (que además de los huevos, incluyó miniaturas de animales, prendedores y pitilleras), el cual, hoy en día, está avaluado en cifras astronómicas. Además nos muestra la desaparición de la casa Fabergé luego de la revolución rusa y cómo su nombre luego fue utilizado en Estados Unidos para servir como marca para perfumes, colonias (como la popular Brut), productos de belleza e inclusive, productos de limpieza.
La película sigue a Fabergé hasta sus herederos, los cuales recuperaron la marca para recuperar la reputación de Carl y su hijo Agathon le habían dado a sus productos de joyería. Asimismo, se nos cuenta la historia de dos huevos Fabergé que se consideraban desaparecidos y que actualmente fueron recuperados (uno de ellos de una manera increíble).
Fabergé: Una Vida Propia es un fascinante documental de ritmo dinámico, que interesará tanto a los amantes de la joyería, como a aquellos que quieran saber sobre un importante período para la historia de Rusia.
